VIEDMA (AV)- La abogada Paula Rodríguez Frandsen aseguró haber sido víctima de una "salvaje agresión" de parte de un ex trabajador de la empresa de su familia.
Al aclarar trascendidos que circularon en relación al lamentable final que tuvo una conciliación laboral que terminó con una violenta reacción del ex trabajador que la golpeó con una silla y luego a golpes, la letrada calificó de incorrecto lo publicado sobre el hecho y lo vinculó "al interés que funcionarios y personal de la Secretaría de Trabajo tienen en mantener oculta la verdad por su evidente responsabilidad". En relación a lo que se supo sobre lo sucedido este diario informó que la abogada no habría mantenido una actitud que permitiera un diálogo conciliador con el trabajador.
En su descargo Rodríguez relató que esa mañana concurrió a la audiencia en la delegación de Trabajo en Viedma donde se intercambiaron opiniones e información, entre ella que "soy además de abogada familiar de los propietarios de la empresa y se arribó a un acuerdo con Daniel Salvatierra", el ex trabajador de la firma Quequén.
Agregó que a pedido de Carlos Abbate, el funcionario actuante, se retiró de la delegación para buscar el dinero acordado y al regresar "10 minutos más tarde Abbate me informó que Salvatierra estaba medio nervioso (razón por la cual se había solicitado la presencia policial) y que tras una conversación con el susodicho éste había decidido solicitar tres veces lo acordado. Al rechazar tal irrisoria propuesta se me dio la posibilidad de regresar a la audiencia «si me animaba» o no ingresar, caso en el que se redactaría el acta como si no hubiera concurrido a la misma (con la consiguiente multa para la empresa a la cual representaba)".
Indicó que ante esas opciones decidió volver a la audiencia para escuchar de Salvatierra los nuevos requerimientos y las razones de los mismos y recordó que apenas se sentó el trabajador le preguntó si ella o su hermano "nunca habíamos tenido miedo para continuar diciendo que ya íbamos a aprender, que nos iba a matar a los dos". Añadió que ante la amenaza le reclamó que se calmara "porque yo no le había faltado el respeto" pero cuando se le informó que la empresa no aceptaba el