CIUDAD DE GUATEMALA (DPA/AFP/AP) - El presidente de Estados Unidos, George Bush, cumplió una visita a Guatemala, penúltima escala de su gira por América Latina, y su traslado al empobrecido altiplano del país le permitió encontrar reacciones de esperanza, pero también de rechazo y rencor entre el mayoritario pueblo maya.

Bush anunció aquí un plan regional para combatir el narcotráfico y las pandillas que involucrará a Estados Unidos, México y los países centroamericanos. "Los detalles irán surgiendo cuando hagamos la estrategia, pero podemos empezar por compartir información'', dijo Bush en una conferencia de prensa al final de su visita a Guatemala, la penúltima escala de una gira por Latinoamérica en la que visitó Brasil, Uruguay, Colombia y que concluye mañana en México.

Las violentas protestas que marcaron la presencia del presidente estadounidense en este país se saldaron con numerosos heridos, varios detenidos y diversos daños en el centro de la capital.

El líder estadounidense dedicó la mañana para visitar proyectos de cooperación con Guatemala, con lo que pareció reforzar el mensaje de la gira, de que a su país "le preocupa la condición humana". Bush y su colega anfitrión Óscar Berger se trasladaron en helicóptero a la comunidad de Santa Cruz Balanyá, en el occidental departamento de Chimaltenango, donde los vecinos, indígenas, obsequiaron artesanías al visitante, a quien recibieron con alfombras de pino y sones con marimbas artesanales.

Bush, vestido de manera informal, tuvo que pronunciar numerosas veces, en español, "hola" y "gracias" ante los gestos de cortesía de los vecinos, a quienes saludó y a cuyo lado accedió a fotografiarse, intercambiando risas.

En el acto central, en una escuela pública, el presidente Bush encabezó una jornada médica a cargo de personal del Comando Sur de Estados Unidos . Tras concluir las actividades, los mandatarios se dirigieron por tierra a la comunidad de Chirijuyú -un vocablo maya que significa Detrás del Cerro -, donde visitaron la empacadora agrícola de la Cooperativa Labradores Mayas. La cooperativa es sostenida por unas 60 familias del lugar, quienes la convirtieron en una exitosa empresa que exporta legumbres y hortalizas, sobre todo al mercado centroamericano y Wal-Mart.

Para concluir las actividades en Chimaltenango, los mandatarios se trasladaron a las ruinas de Iximché, un sitio arqueológico maya que fue la capital del reino kaqchiquel, uno de los pueblos más florecientes de la cultura maya antes de la llegada de los conquistadores en 1524.

En ese lugar cientos de manifestantes pretendían expresar su rechazo a su visita y declararlo "no bienvenido", según Juan Tiney, líder de la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (Conic). La CONIC deploró la presencia de Bush en Iximché y anunció que cumplirá una "purificación" del lugar, con métodos ancestrales mayas. " Su llegada al suelo sagrado de Iximche y otras comunidades mayas es una ofensa e insulto al pueblo maya, por la implicación de este señor en las guerras en el mundo y su responsabilidad por el genocidio en Guatemala", dijo.