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Demasiados días pasaron hasta que San Lorenzo volvió a ser el único habitante de la cima de un torneo. Fue en la sexta fecha del Apertura de 2005, en los tiempos de Gustavo Alfaro.
Antes como ahora, todo San Lorenzo se ilusionó con la gloria, pero lo que siguió fue la pena. Los fracasos de Alfaro y de Oscar Ruggeri, su sucesor, blindaron los pechos del hincha 'azulgrana'. No más frustraciones. Hasta que llegaron Ramón Díaz, los puntos... y el liderazgo en soledad.
Pero no se trata sólo del entrenador. También hay equipo. Es cierto que con su llegada el 'Pelado' revolucionó el mundo San Lorenzo. Le devolvió su autoestima y lo devolvió al camino del éxito. Pero nada sería posible si no contara con un plantel capaz de trasladar al campo de juego las ideas del entrenador.
Con la frente alta
La zaga es el primer escalón desde donde comienza a subir el entusiasmo sanlorencista. Jonathan Bottinelli recuperó su mejor nivel, ese que lo llevó a la primera lista albiceleste de Alfio Basile y Sebastián Méndez volvió a creer en sí mismo, luego de la pesadilla que fue para él el último Apertura. Tras la goleada de Boca, el 'Gallego' hasta
había pensado dejar el fútbol. Ramón lo convenció y hoy tiene su justa revancha.
En el mediocampo está lo mejor del equipo: Cristian Ledesma, el gran acierto del entrenador.
El ex River recupera la pelota, porque no sólo la quita, sino que sus pases van a parar a los pies de los de su mismo equipo. Mientras entretenía a todos con discursos grandilocuentes y promesas de refuerzos estrella, Ramón recibía con los brazos abierto el perfil bajo de Ledesma.
En la puntada final también se reconoce el trazo del DT. Rescató a Gastón Fernández del ostracismo riverplatense y la 'Gata' se lo agradece con goles.
Además, pidió por la permanencia de Ezequiel Lavezzi. Y cuando el delantero tenía un pie y medio en River, el pase se cayó y el 'Pocho es el eje del ataque junto con Andrés Silvera.
Es cierto, San Lorenzo no brilla ni da espectáculo. Tampoco le sobra magia. Pero, mientras todo eso llega, el equipo suma y lidera. No es poco.