Frase hecha: "El técnico es un fusible..." Salta cuando los resultados no aparecen. Pero, ¿qué pasa cuando se prende fuego la casa entera? En ese caso no hay fusible que valga. Se quema todo.
Ayer, Néstor Raúl Gorosito fue echado de Rosario Central. Dicen que la derrota del viernes ante Independiente (2-0) fue el desencadenante de su partida. Pero nadie cree eso.
Hace varios años que que el club de Arroyito navega a la deriva y que al timonel se lo disputan la barra brava y un grupo de dirigentes incapaces de administrar lo único que mantiene en pie al club, esa mina de oro que son sus divisiones inferiores.
¿Quién conduce hoy a Rosario Central? En parte, la barrabrava. Hace unos meses, el padre de un jugador de inferiores le confesó a Clarín: "La barra brava nos apretó a mi hijo y a mí para que firmemos la representación con un agente FIFA, cuyo nombre figura en el contrato firmado por el grupo inversor con el club". En Newell's pasa exactamente lo mismo. Mientras, el presidente recientemente re-electo, Pablo Scarabino, está de licencia. Se la dio su Comisión Directiva el 4 de diciembre de 2006 luego de que le rechazará la renuncia y todo indica que se la extenderán hasta 2008.
"He luchado mucho en estos tres años. Estoy muy cansado", había reconocido entonces Scarabino, el mismo que prefirió a los empresarios que financian el fútbol 'canalla' y echó a Leonardo Astrada en julio de 2006 y lo remplazó por Gorosito. En el verano, el equipo se desangró: se fueron 12 jugadores, la mayoría salidos de sus inferiores, esas que controla patota apodada 'Los Pillines'...
Ayer, los dirigentes que le recomendaron descansar a Scarabino echaron a Gorosito por los malos resultados, no sin antes desmantelar el plantel. Hoy buscan el próximo fusible. No necesitan ir lejos. Lo encontrarán frente a un espejo.
JUAN MOCCIARO
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