El sueño de muchos aficionados estará un poco más cerca de cumplirse este año, ya que en lugar de una lucha entre ingenieros, la Fórmula 1 promete ser una verdadera batalla entre los mejores pilotos.
El motivo es que el nuevo Mundial igualará las condiciones técnicas de los autos, lo que permitirá que los pilotos puedan demostrar que las manos son más decisivas que las bujías.
El nuevo año de la Fórmula 1 comenzará el domingo en Melbourne con los motores "congelados". Los propulsores estrenados a final de 2006 serán los que se usen hasta 2010 sin mayores evoluciones.
El objetivo de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) es contener los gastos y evitar que las diferencias entre los equipos más ricos y el resto sean cada vez mayores.
Algunos sectores quieren desde hace años por un sistema similar a la Champ Car estadounidense, donde todos los autos son prácticamente iguales y por tanto los costos son mínimos, pero esa opción choca frontalmente con uno de los pilares del deporte, ya que la Fórmula 1 debe ser el pináculo del automovilismo mundial, también en el apartado tecnológico.
La reducción a 19.000 revoluciones por minuto como máximo que se aplicará desde el domingo forma parte de esa "congelación" y tiene como meta aumentar los sobrepasos y por lo tanto el espectáculo.
Pero algunos pilotos ya están en contra porque el efecto es el contrario, porque resulta más difícil avanzar. El australiano Mark Webber y el brasileño Felipe Massa fueron los primeros en elevar la voz crítica y alertan de la posibilidad de pruebas "en procesión".
"La potencia de todos los motores es prácticamente la misma. A causa de esto es casi imposible llegar al auto que uno tiene delante, así que no se puede lograr el sobrepaso", aseguró Webber, de la escudería Red Bull.
Massa señaló que "ahora carecemos de la potencia extra para adelantar, que no se puede conseguir después de la limitación de revoluciones".
Los motores "congelados" también provocaron por un lado que muchos ingenieros y diseñadores busquen otro empleo, pero a la vez, los especialistas en aerodinámica vieron reforzada su contribución al ser el principal elemento de diferenciación entre los autos.
A la potencia similar entre autos se une que sólo habrá a partir de esta temporada un único proveedor de neumáticos para todos los equipos, ya que Bridgestone tiene el monopolio después del retiro de Michelin.
La firma japonesa deberá suministrar cantidades y especificaciones idénticas de neumáticos a todas las escuderías a lo largo del Mundial.
Podrá proporcionar dos especificaciones de neumáticos en cada prueba, unos duros y otros blandos.
La decisión favorece a los equipos que trabajaban con Bridgestone, por caso Ferrari, el mejor socio de la marca japonesa en la última década.
Según todo el "paddock", los autos rojos parten con gran ventaja, aunque escuderías como McLaren y Renault, fieles a Michelin, mejoraron sus resultados en la pretemporada con las nuevas gomas.
Si la potencia es pareja y los neumáticos dejarán de ser excusa, la fiabilidad y resistencia de los propulsores será básica, pero habrá otro factor decisivo como la pericia de los pilotos, que tendrá más peso en los resultados.
Se terminó la "dictadura" del ingeniero en la Fórmula 1, comienza el esperado reinado del piloto. (DPA y AR).