PABLO MONTANARO
Desde hace diez años, la Fundación Leer viene trabajando en uno de los aspectos fundamentales del proceso educativo de los niños y jóvenes: la formación del hábito lector a través del desarrollo de diversos programas de promoción de la lectura.
Para alcanzar dicho objetivo, un grupo de especialistas recorre el país instalando rincones de lectura en escuelas urbanas y también en escuelas rurales de poblaciones de escasos recursos, y capacitando docentes.
"El mayor desafío con que se enfrentan educadores, padres y la sociedad en general es tratar de acercar a los chicos a los libros y promover realmente en ellos el deseo de leer", señaló, en diálogo con "Río Negro", Marcela Sisto, coordinadora pedagógica del Departamento de Programas de la Fundación Leer.
Sisto está convencida de que la falta de un modelo adulto es una de las mayores dificultades para que los chicos tengan una experiencia positiva con los libros.
Para la representante de la mencionada entidad las instituciones educativas no son las únicas responsables del escaso interés que demuestran los chicos por la lectura.
"Cuando hablamos de modelos lectores no hablamos solamente de modelos lectores dentro de la escuela. Los primeros años son esenciales y en esa etapa los que tienen un papel fundamental son los padres", explicó Sisto.
"Entonces es muy importante en los primeros momentos de vida proponer distintas actividades adecuadas para que un bebé o un chico de un año comiencen a tener contacto con los libros", agregó la especialista.
Sisto advierte que la lectura en las aulas no debe convertirse en una actividad para trabajar sobre los contenidos o para ser evaluada sino que debe ser placentera para posteriormente convertirse "en una herramienta para el abordaje de otros aprendizajes y para ampliar los conocimientos".
El fantasma de internet
Consultada sobre si internet es la culpable del desinterés por los libros, la representante de la Fundación Leer aclaró que "bien usada no va en contra de la lectura porque puede ser una herramienta más, no la única, que acompañe el proceso de acercamiento a la lectura".
"En el contacto con el libro, desde muy pequeño, el bebé pone en juego el desarrollo motriz, auditivo y visual; por lo tanto el chico despliega esas habilidades. Por eso en los programas de la fundación tratamos de incorporar la tecnología al campo de la literatura", explicó la especialista a "Río Negro".
El sueño de contar con una Argentina alfabetizada, con niños que accedan a la lectura, disfruten y comprendan su valor para su propio presente y futuro, son algunos de los objetivos que persigue la Fundación Leer desde hace diez años.
"En la medida en que podamos continuar trabajando y profundizando en pos de despertar el interés de grandes y chicos por la lectura, también avanzaremos en otros aspectos relacionados con la educación", afirmó Marcela Sisto.
La especialista destacó además que las campañas y planes de lectura que lleva adelante el Ministerio de Educación nacional en las provincias "son un paso fundamental para lograr un mejor aprendizaje".