En el pasado siglo, las actividades industriales y agrícolas generaron una emisión considerable de partículas sólidas hacia la atmósfera. La adición de hollín y otros aerosoles en el aire ha oscurecido al planeta limitando la cantidad de radiación solar que alcanza la superficie. Este fenómeno también impacta sobre la salud humana, al exponer la gente al smog, y castiga a la agricultura limitando la producción de nubes de lluvia.
La actividad humana también ha introducido en la atmósfera cantidades de dióxido de carbono sin precedentes, provocando que ésta atrape más calor y retenga mayor cantidad de vapor de agua. Después de predecir correctamente en 1980 que el calentamiento global sería detectable alrededor del año 2000, Ramanathan observó al final de este período de veinte años que la dimensión del calentamiento alcanzaba aproximadamente la mitad de lo que había predicho. Esta demora en la tendencia al calentamiento es ahora atribuida al contraefecto de enfriamiento causado por el oscurecimiento global, como lo respaldan los datos recogidos hasta la fecha.