ALLEN (AR).- Dos delincuentes encapuchados y que portaban armas de fuego, sorprendieron ayer a la mañana al encargado de una chacra allense, a quien obligaron a entrar a la casa y se llevaron el dinero correspondiente a varios sueldos de los trabajadores del lugar.
La víctima no fue lesionada, pero en un momento de crisis, y mientras estaba frente a los asaltantes, comenzó a gritar. El pedido de auxilio fue escuchado por los trabajadores rurales, que sin saber exactamente lo que ocurría, quedaron atónitos al ver a dos desconocidos que hicieron disparos de arma de fuego al aire, para luego darse a la fuga a la carrera.
Si bien hasta ayer no se tenían precisiones de lo robado, se calculaba que el botín ascendió a más de 5.000 pesos.
El asalto ocurrió ayer a las 7:50 en la chacra Nº 84, ubicada sobre el acceso Güemes a la ciudad, entre las rutas Chica y 22.
El encargado de la chacra, cuya identidad no se informó pero trascendió que tiene 70 años, se dirigió a esa hora hasta un galpón para sacar una camioneta. Ese fue el momento elegido por los encapuchados para encañonar a la víctima, a quien obligaron a ingresar a la casa.
Una vez adentro, y mientras era encañonado, comenzaron a revisar las distintas habitaciones, hasta que en una de ellas, los delincuentes encontraron una bolsa con dinero en efectivo y recibos de sueldos.
Los investigadores de la comisaría Sexta de Allen creen que la pareja de ladrones tenía datos sobre lo que iba a encontrar en el lugar, aunque de todos modos no habrían sido lo suficientemente precisos, ya que el jueves se le había pagado los haberes a una treintena de trabajadores rurales, y por ello, dentro de la bolsa con dinero, también estaban los recibos.
Los trabajadores más cercanos estaban a unos 50 metros de la casa, y no advirtieron cuando el encargado era llevado bajo amenazas hasta el interior de la vivienda. Recién se dieron cuenta que algo extraño sucedía, cuando escucharon los gritos de la víctima. Sin embargo, cuando varios de ellos salieron rumbo a la casa para ver qué sucedía, las detonaciones de los disparos al aire fueron más que suficientes para hacerlos abandonar la idea.
Los delincuentes escaparon a la carrera hacia la ruta 22, pero entre las chacras, y se trataba de establecer si algún vehículo los esperaba en los alrededores para abandonar rápidamente la zona, ya que la victima no quedó maniatada ni encerrada.
En las rutas se montaron distintos operativos, pero al cierre de esta edición no se habían registrado detenciones.