INGENIERO HUERGO (AVR).- Las constantes agresiones por parte de una patota integrada mayormente por menores de edad, provocó una revuelta de proporciones de vecinos de un barrio de Huergo, que en masa salieron a las calles para hacerles frente y entregarlos a la policía.
El saldo del enfrentamiento fue de seis integrantes de la patota, entre ellos un mayor y dos mujeres, fueron demorados por la policía. Los menores fueron entregados horas más tarde a sus padres, en tanto que el mayor permanecía detenido por "atentado contra la autoridad, lesiones y daños".
Más de un centenar de personas salió a las calles del barrio El Porvenir frente a la Plaza Soberanía Argentina en defensa de un vecino y su hijo, quienes no podían retornar a su vivienda, porque la patota les arrojaba piedras y les impedía el paso.
Los menores se refugiaron en una vivienda del lugar, y ante la imposibilidad de que la policía actúe, fueron los mismos vecinos los que ingresaron para sacarlos a la calle.
Todo ocurrió en el lapso de una hora sobre la calle Castelli entre las calles San Juan, San Luis y Santa Fe.
Pese al accionar conjunto de los vecinos que están hartos de tanta violencia, ayer persistía la indignación y el temor entre los pobladores del barrio El Porvenir por las posibles represalias que el grupo podría tomar contra las familias del lugar.
Al cierre de esta edición, los vecinos se reunieron con el intendente Leonardo Ballester, funcionarios del municipio y la Policía. El objetivo del encuentro convocado por el municipio fue exponer la implementación de un programa de contención para diluir la patota y en contrapartida ofrecer alternativas de capacitación y orientación a los jóvenes.
Todo comenzó minutos antes de las 23 del jueves cuando un vecino del barrio El Porvenir junto a un pequeño hijo, retornaban a su vivienda luego de hacer compras en un comercio del lugar. Pero imprevistamente vieron interrumpido su paso cuando el grupo de menores comenzó a arrojarles piedras. Ante esta situación, decidió dar un rodeo por otras manzanas, pero el grupo siempre se le interponía.
"De golpe comenzamos a sentir que llovían piedras contra nuestras casas, y ahí todos salimos. Llegó la policía que tuvo que pedir refuerzos a las subcomisarías de Godoy y Mainqué, porque los pibes estos, que son del barrio, les arrojaban piedras", comentó uno de los indignados vecinos, mientras mostraba la dimensión de las piedras que los menores les estaban arrojando.
"Cuando toda la gente estaba en la calle, los pibes se fueron a la casa del cabecilla del grupo y desde el patio seguían tirando piedras. Como la policía no podía hacer nada, un grupo de vecinos tomó la decisión y comenzó a avanzar hacia la vivienda, ingresaron y lograron sacar a algunos de ellos, porque el resto escapó saltando paredones", señalaron.
Indicaron que los menores y el mayor, el único detenido hasta el momento, fueron conducidos a la comisaría 16, en tanto que también un grupo de vecinos se presentó en el lugar para realizar las denuncias correspondientes.
"A las dos de la mañana salieron los menores, iban con sus padres, y encima nos amenazaban diciendo 'ya van a ver los que le va a pasar', mientras que nosotros tuvimos que seguir esperando", agregaron.
Del mismo modo apuntaron que "nosotros actuamos porque ya estamos hartos del accionar de estos pibes, pero ahora tenemos temor, porque no fue esta la primera vez que agreden a alguien. Acá suceden robos, atacan a personas, y ellos mismos reconocen que son los autores. Los que tenemos hijos chicos no sabemos qué ira a pasar, y si pasa algo grave, cuál será la reacción. Por eso anoche mismo (por la medianoche del jueves) convocamos al intendente para que supiera de la situación y tome cartas en el asunto".