Silvia Montanari, Germán Kraus y Mónica Fleiderman, dirigidos por Julio Baccaro, debutaron hace unos días con "Hollywood... allá voy!", una obra de Neil Simon, con humor sin pausas, que presentarán hoy, a las 22, en la Sala Mayor del Centro Municipal de Cultura de Viedma, y mañana a las 21:30 en el Centro Cultural de San Antonio Oeste.
El la obra, Libby proyecto de actriz con su desenfado y comentarios descoloca a su padre, Herbert Tucker, guionista de películas en Hollywood a quien no ve desde hace veinte años. En el reencuentro, sin embrago, descubren que lo que creían parte del pasado no era tal, ni los sentimientos, lo que suponían...
El tercer personaje, Steffy, amante de Herb y confidente inteligente de Libby, es de Silvia Montanari. Noche de miércoles pasado por agua, regreso a casa, encuentro con "Río Negro", tras el último ensayo general. Recuerdos compartidos que fueron desandándose solitos. "Yo nací en Dolores, camino a Mar del Plata, y a mis cuatro años ya estaba parte de la gran familia Montanari en Quilmes, donde me quedé hasta los 20, 21".
Por aquellos años,¿imaginabas algo semejante a la carrera que hiciste?
Tenía muchas ganas. Recuerdo que papá, que perteneció al ambiente artístico, quería ser actor. Llego a hacer un reemplazo con Blanca Podestá. Hizo de galán y Blanca le dijo que en el teatro podía hacer cualquier cosa, menos actuar. El sabía de esta necesidad mía. Yo ya estudiaba declamación, arte escénico, desde chiquita pertenecí al teatro infantil Alfonsina Storni que estaba en Quilmes... De su mano, me presenté en un programa de Canal 7, que se llamaba "Lux busca una estrella". Ahí dije una poesía de Yamandú Rodríguez y antes de irnos, Narciso Ibáñez Menta que estaba viendo todo por televisión, pidió a través del teléfono que esperara media hora... su hijo Chicho
tenía el programa "Cuentos para mayores" . Para el cuento de O. Henry (William Sydney Porter) "La última hoja", me ofreció ser la protagonista. Comencé protagonizando y seguí con ellos mucho tiempo. Cuando vino al país, Dolores del Río a hacer "El abanico de lady Windermere" (Oscar Wilde), Narciso era un poco mi padrino artístico, y me presentó al director y marido de Dolores, como su ahijada para que me tomaran una prueba. Quedé. He tenido suerte en mi carrera...
El camino actoral requiere algo más que suerte, tiene ciclos de mucho trabajo y ciclos de inactividad.
Por eso es tan doloroso y a veces uno está en llagas, porque es una bendición estar en contacto con lo que se genera en un escenario, sobre todo cuando como en este caso tenés la posibilidad de hacer un texto de Neil Simon, realmente bello... y tener al público ahí. Y hacer televisión, donde me siento más cómoda que en la cocina de casa. Yo estuve en esa maravilla que fue "Alta comedia"
Ciclos como ese han desaparecido...
No teníamos los adelantos técnicos ni la imagen de ahora, pero soñábamos con una literatura que se mostraba semana a semana, con un nivel en mi humilde opinión que ya no se ve. No me quiero poner en maestra ciruela, porque de maestra no tengo nada. Pero hoy recordábamos con Julito Baccaro que teníamos más ensayos. Ahora no se ensaya. Para hacer un "Alta Comedia" ocupábamos una semana íntegra ensayando. Eramos muy felices. Por ahí entrábamos a la madrugada y nos quedábamos todo el día. Era la pasión pura.
EDUARDO ROUILLET
