BUENOS AIRES (Télam).- El pesimismo de los inversores volvió a deprimir a los mercados bursátiles del mundo y la justificación del malhumor de los operadores es la misma que desencadenó el derrumbe la semana pasada: la aversión al riesgo tras los ajustes de Shanghai, y los temores de una desaceleración económica global.
En argentina, el índice Merval de las empresas líderes de la Bolsa porteña cayó ayer 2,67%. El principal termómetro bursátil, en su peor momento de la rueda, llegó a retroceder hasta un 4,59% .
Estos números, según los especialistas, marcan el único dato alentador de la jornada, debido a que reflejaría cierta resistencia de los inversores a partir de determinado nivel de precios. El Merval perforó hacia abajo la marca de los 2.000 puntos, al cerrar en 1.944,12 unidades, un terreno que había dejado de explorar por última vez hace tres meses. El margen de la caída genera caras de preocupación entre los operadores que no encuentran razones domésticas.
Todos comienzan el día con la misma rutina y miran atónitos desde temprano las pantallas que aportan información sobre la suerte de los mercados del exterior.
Ayer desayunaron con un nuevo derrumbe de Asia de tal manera que sabían de antemano la apertura en Buenos Aires y en medio de los temores de una desaceleración en los países pilares de la economía del mundo. Shanghai arrancó con una
baja del 1,63 por ciento y en Tokio las ventas presionaron hasta dejar al índice Nikkei 3,34 abajo, mientras que el Kospi de Seúl retrocedió 2,71 por ciento.
Con similar tendencia, las bolsas europeas volvieron a caer con fuerza y con el centro de atención en lo que sucederá en Wall Street. La Bolsa de Zurich descendió 1,38 y otra de las más perjudicadas, Francfort, retrocedió 1,04.
Finalmente, el índice Dow Jones deparó un retroceso del 0,53% y el Nasdaq acompañó con un margen negativo del 1,15.
En San Pablo las acciones cedieron 2,34 por ciento.
"Los ajustes en China trajeron temor a las bolsas y los precios cayeron violentamente", es la justificación más escuchada entre los operadores en el momento de evaluar el comportamiento del mercado bursátil. "Es una bola de nieve", estimó José Vistan, director de análisis en AB Capital Securities en Filipinas.
El disparador, se recuerda, fue la versión de que el gobierno chino adoptaría medidas para limitar el apalancamiento en su mercado bursátil (compra de acciones con crédito), y desinflar una burbuja financiera que venía dando réditos asombrosos. También anunció su decisión de frenar la marcha de la economía para evitar el "recalentamiento"
Y como los inversores están huyendo de los activos de riesgo, las tasas de los bonos norteamericanos cayeron a su nivel más bajo del año, "en una muestra de que se privilegia la estrategia de fly to quality" (vuelo a la calidad), apuntó un analista de la Bolsa local.