Autoridades del Hospital San Rafael de Granada aseguraron ayer que Inmaculada Echevarría, la mujer de 51 años que pidió ser desconectada del respirador que la mantiene con vida, podrá morir en el centro asistencial donde está internada desde hace más de nueve años.

Tras la decisión del Consejo Consultivo del gobierno regional de Andalucía, en el sur de España, que autorizó el jueves la desconexión del respirador, el hospital precisó en un comunicado que la mujer, quien sufre distrofia muscular progresiva, será asistida hasta último momento por su equipo médico habitual. El comunicado fue emitido ayer, luego de una reunión entre las direcciones del San Rafael y el hospital clínico San Cecilio, dependiente del servicio andaluz de Salud, para estudiar la decisión del Consejo y ver cómo implementarla, informó la agencia Ansa.

En el texto se pide respeto a la dignidad y la intimidad de la paciente, e indica que no se darán más informaciones sobre los procedimientos para su muerte voluntaria. El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Antonio Cañizares, afirmó ayer que la eutanasia "siempre es ilegítima" y es "un atentado a la dignidad y la vida humana". (Télam)