Autoelogios a granel por los datos económicos de su gestión y recriminaciones para los sectores desde donde recibió críticas; llámese organismos internacionales, economistas/políticos opositores, sectores de la prensa y un párrafo especial dedicado a Tabaré Vázquez en el conflicto por las papeleras. A grandes trazos esa podría ser la síntesis del extenso discurso que brindó ayer el presidente Kirchner al inaugurar las sesiones ordinarias del Congreso.

En una enfática defensa de la política económica, destacó que al haber desoído las recetas de los organismos financieros internacionales pudo demostrar que la soberanía en sus decisiones permitieron el crecimiento y la mejora de la situación social.

Sin hacer ningún tipo de anuncios, Kirchner también defendió su política de derechos humanos, y en ese sentido afirmó que "no quiere venganza" sino "reconciliación con justicia", pero pidió a los magistrados que "apuren los juicios" a ex represores, que según reiteró, "deben ir a cárceles comunes", y volvió a reclamar por la aparición con vida del testigo Jorge López.

A siete meses de las elecciones presidenciales, defendió con ardor la relación argentina con Venezuela y le reclamó a Uruguay voluntad de negociar el conflicto ambiental bilateral.

Omitió pronunciarse sobre si buscará la reelección en los comicios del 28 de octubre o si será candidata su esposa, la senadora Cristina Fernández

Hacia el final de su discurso de dos horas y media -que por momentos adoptó un tono lejano a la solemnidad que imponía el escenario de la Asamblea Legislativa (Ver "la gran Olmedo"), el Presidente hizo mención al conflicto por las papeleras con el Uruguay, en cuyo marco agradeció la gestión del Rey de España para facilitar el diálogo y afirmó que "nos duele en el alma no encontrar una voluntad negociadora" de parte de Montevideo.

El Presidente también cuestionó a un sector de la prensa y reclamó "una oposición con propuestas".

"Terminamos con la dictadura", aseguró Kirchner refiriéndose a la posibilidad de que los trabajadores ahora pueden optar por el sistema estatal de reparto y enfatizó la baja en la desocupación, que según índice oficial, luego de 13 años hoy está en 8,7 por ciento.

Afuera del recinto, miles de partidarios que fueron movilizados para testimoniar su apoyo, se mojaban bajo la intensa lluvia.

Kirchner enfatizó el avance en materia educativa, tanto a nivel salarial como la sanción de la Ley de Educación, aspecto que según dijo, debe "convertirse en la herramienta de la reconversión nacional".

También se refirió a "las asignaturas pendientes" de su administración y en ese sentido mencionó la necesidad de "fortalecer la salud y el hospital públicos", meta que según dijo, "esperamos que en el próximo período" se pueda alcanzar. No obstante, resaltó que "bajamos la pobreza a la mitad" que cuando asumí, aunque reconoció que "aún sentimos vergüenza por la cantidad de pobres que hay".

Kirchner comenzó a hablar a las 12.15, tras ser ovacionado al ingresar al recinto de la cámara baja donde sesionó la Asamblea Legislativa, en medio de una lluvia de papelitos arrojada desde los palcos por los invitados.

Al hacer, una y otra vez, hincapié en el fortalecimiento de la Economía, Kirchner enfatizó con ironía que, lejos de que la crisis de 2001 haya generado "un rebote, como decían algunos especialistas", se experimentó un fuerte crecimiento que permitió "salir del infierno para decir que el próximo 10 de diciembre nos encontraremos en las puertas mismas del purgatorio".