BUENOS AIRES (DyN).- Una mujer con anillo de plata, o menos probablemente un hombre, le asestó un fuerte puñetazo a la vicepresidenta de Missing Children, María Marta García Belsunce, y dejó rastros de ese golpe en la víctima, antes del asesinato a balazos en su casa el domingo 27 de octubre de 2002.

Así se desprende de las pericias ventiladas ayer a la mañana en la sexta jornada del juicio que se le sigue por el crimen de su esposa al viudo Carlos Carrascosa, en los tribunales de San Isidro, donde las inesperadas goteras de lluvia, insólitamente, se convirtieron por unos minutos en las protagonistas de la audiencia.

En medio del diluvio, la noticia sobre los resultados de las pericias de ADN que finalmente se habían hecho en diciembre pasado se desplegó entre los protagonistas del juicio para confirmar que sigue siendo un misterio a quién corresponden las manchas de sangre de una mujer y dos hombres halladas en el lugar.

Es que, según los resultados de la Asesoría Pericial de la Corte bonaerense, las huellas de sangre que se encontraron en la escena del crimen no pertenecían ni a la masajista Beatriz Michelini, ni a la vecina Nora "Pichi" Burgués de Taylor, ni al matrimonio amigo de la familia integrado por Sergio y Viviana Binello, ni al vigilador Norberto Glennon.

Tanto Michelini como Sergio Binello están procesados por supuesto encubrimiento; "Pichi" Taylor también, pero está sobreseídas por el delito de homicidio, mientras que Viviana Binello era la amiga que jugaba al tenis con María Marta la tarde del 27 de octubre -el día del crimen- y Glennon es uno de los vigiladores sobre los que apuntó la familia.

Según adelantaron fuentes judiciales, tras estos resultados los otros convocados a hacerse los análisis de ADN aceptarán someterse a los exámenes porque entienden que ahora sí tendrían las garantías necesarias para concretar los estudios.

Se trata de los hermanos de la víctima Horacio García Belsunce (h), John Hurtig e Irene Hurtig; el marido de ésta, Guillermo Bártoli, e Irene Dávalos, la pareja de Nicolás Pachelo, quienes no se habían presentado a la cita el año pasado.

Tanto Pachelo -no imputado en la causa- como el acusado Carrascosa habían aceptado hacerse esos estudios y las huellas tampoco pertenecían a sus patrones genéticos.

Durante la audiencia del juicio oral, los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 6 de San Isidro escucharon los detalles de las pericias dactiloscópicas y el centenar de muestras que se tomó en la casa para peritar en busca de más rastros de sangre, además de las innumerables diligencias dispuestas frente a los planteos de los imputados a la hora de oponerse a los exámenes de ADN.

Lo más llamativo de las pruebas incorporadas por lectura al debate resultó la pericia anatómica y química en la cual aparecieron "partículas esféricas de plata" incrustadas en una muestra de piel de María Marta, más específicamente de la cabeza, a raíz de la fuerza del impacto.

Según concluyeron los peritos y pudo escucharse en el juicio, dichas partículas de plata provenían de "un anillo" o, menos probable, otro artículo de joyería -una pulsera-, descartando el estudio químico que el origen haya sido el explosivo de las municiones o alguna otra fuente contaminante de la casa.

También destacaron las pericias psicológicas que caracterizaron a Carrascosa, entre otras cosas, como un hombre "sin alteraciones psicopatológicas".