Lanzamientos de botellas, enfrentamientos entre hinchadas, agresiones a periodistas, árbitros y rivales apedreados: el fútbol español abrió los ojos a una realidad que se presenta en las canchas cada vez con mayor frecuencia y que no es sólo patrimonio de Italia o Argentina.
El botellazo al técnico del Sevilla, Juande Ramos, que debió ser retirado en camilla e inconsciente de la cancha del Betis en el derby sevillano por la Copa del Rey, sirvió al menos para despertar conciencias en el fútbol español, que espera que se tomen medidas "antes de que pase algo más grave".
"El peligro es mirar a otro lado y eso es mirar a Italia y no queremos que en España haya el más mínimo resquicio para que ocurran cosas como en Italia. Este partido ha estado acompañado de una serie de diferencias entre personas y directivos, no entre aficiones", dijo el máximo responsable gubernamental del deporte español, Jaime Lissavetzky, que pidió a los comités sancionadores el "máximo rigor". Hoy se conocerán las sanciones.