POR HECTOR MAURIÑO

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Hoy por hoy, Kirchner (o su señora, lo mismo da) lleva todas las de ganar en Neuquén. Quiroga, Podestá y también Sapag (en alguna medida inclusive Une) canalizarán un caudal importante de votos a la fórmula oficial ¿quién se atrevería a desaprovechar semejante marea? y cualquiera de ellos que gane será un aliado aunque de diferentes características, claro del gobierno nacional.

Tal vez porque los objetivos que realmente preocupan a Kirchner están prácticamente asegurados, el gobierno nacional puede permitirse alguna generosidad. Esta semana el secretario general de la Presidencia le transmitió al aliado Quiroga el apoyo sin condicionamientos del presidente. "No vamos a ser obstáculo, elegí vos tu compañero de fórmula pero ponete al frente de tu propia campaña", le habría dicho Oscar Parrilli al líder radical, al arrancar el encuentro del martes en Buenos Aires, en el que se confirmó al justicialista Hugo Panessi como candidato a vice de la Concertación.

Eso sí, será el presidente quien elegirá, en el momento indicado junio o julio, dicen en la Rosada, los candidatos a senadores y diputados, los únicos cargos además de la presidencia que realmente preocupan al santacruceño y que serán confiados, claro está, a incondicionales de la causa.

Las encuestas que todos los sectores manejan y nadie quiere dar a conocer parecen coincidir, más allá de los porcentajes, en un orden: Sapag le llevaría la delantera a Quiroga con una ventaja que, según el interesado, va de 10 a 25 puntos. Tercero estaría Podestá con entre 8 y 9% de intención de voto. Y cuarto, Julio Fuentes, de Une, con entre 2 y 5%.

No es casual que la semana previa al relanzamiento de la fórmula Quiroga-Panessi, el quiroguismo haya hecho un último al cabo fallido intento de sumar a Podestá. "Si aceptara, las elecciones estarían prácticamente ganadas", exageró en ese momento un operador del intendente.

Pero Podestá se mantuvo firme en rechazar un acuerdo con Quiroga y además redobló sus críticas al punto de rozar al propio presidente: al ungir a Quiroga como candidato oficial de la Concertación, Kirchner "sacrificó a Neuquén", afirmó.

Para el candidato de Alternativa K y para su socio en la disputa por la capital provincial, el diputado de Libres del Sur, Jesús Escobar, Kirchner y sus operadores se equivocan porque han elegido a una figura que es "un exponente de la derecha".

En ese sector, sueñan con acumular entre el 15 y el 20% de los votos y disputar el segundo lugar a Quiroga. Aunque algunos admiten que esto último suena demasiado optimista, todos reniegan de los acuerdos de corto plazo y reafirman la necesidad de crear una alternativa diferente como punto de partida de un cambio provincial de fondo para el 2011. En este propósito no descartan sumar a los sectores del radicalismo descontentos con el "hegemonismo" quiroguista.

Si en algo coincide Une con Alternativa K es en que los acuerdos electorales pragmáticos para derrotar al MPN con sectores que en realidad no piensan lo mismo están condenados al fracaso. Por eso, lo más probable es que tanto este sector en el que hay un debate interno entre kirchneristas y no kirchneristas como el otro lleguen solos a las elecciones. No obstante, unos y otros trabajan para compartir al menos los candidatos de algunos municipios.

La elección de Panessi por parte de Quiroga y Parrilli busca no enajenarse los votos del PJ, un muestrario de corrientes divergentes cuyo único denominador parece ser la desconfianza por el intendente radical. Sin embargo, la jugada no logró asegurar el alineamiento. De hecho, el sector que lideran Aldo Duzdevich y Ariel Kogan cuestiona la jugada y pide para sí una cantidad de cargos. Algo que tanto el líder radical como el secretario de la Presidencia rechazan por excesivo y por poco menos que "extorsivo". Esto último teniendo en cuenta que los acuerdos sellados el martes en Buenos Aires deberán pasar por el tamiz del congreso del PJ, cuyo presidente es Kogan.

La respuesta de Quiroga al desplante de Podestá no se limitó a la elección de Panessi y a repartirse las listas de diputados y concejales "uno a uno" con el PJ. Incluyó la decisión de explorar la posibilidad de impulsar a Oscar Massei en lugar de Martín Farizano para la intendencia de Neuquén, lo que a esta altura no merece objeciones por parte del gobierno nacional, a pesar del disgusto que Massei le provocó a Kirchner cuando, recién asumido como diputado, votó contra el proyecto de Consejo de la Magistratura que impulsaba su esposa.

Massei mide mejor que Farizano y, aunque hace años que se mueve sin partido, le serviría a Quiroga porque viene del mismo palo que Podestá y de aceptar el convite, cosa que hasta ayer no había hecho, contribuiría a disputar el espacio del peronismo progresista que expresa el Frente Grande.

Además, la estrategia quiroguista incluiría la decisión de atrasar la convocatoria a elecciones municipales para que éstas se libren juntamente con las nacionales, de manera de sumar la tracción de Kirchner o de la senadora Fernández. De confirmarse, esta decisión encerraría una escasa confianza en la capacidad de arrastre del propio Quiroga.

Al revés del intendente, el gobernador está pensando en adelantar las elecciones provinciales para separarlas de las nacionales, previstas para el 28 de octubre. Aunque éste es un pedido que le formuló Sapag no bien ganó la interna, no se trataría de una concesión sino de mutua conveniencia. Sobisch es consciente de que Kirchner va a ganar en Neuquén con votos de todos los partidos, incluido el MPN, y como sigue encaprichado con su candidatura presidencial quiere ahorrarse un papelón en su propia casa. El adelantamiento también persigue acortar el tiempo de campaña para evitar que la oposición descuente la ventaja que hoy le lleva el candidato del oficialismo. Si bien esto beneficiaría a Sapag también le serviría a Sobisch, quien después de todo pertenece a la misma empresa.

Gobernador y candidato libran por estos días una sorda puja por las diputaciones. Mientras Sobisch-Salvatori quieren 5 entre los primeros 15, Sapag alega que ganó en todos los distritos y ofrece sólo tres. El candidato del MPN observa un bajísimo perfil, persuadido de que más le conviene cuidar el capital obtenido hasta acá que salir a desafiar a Sobisch.