Banfield no pega una. Hacía un buen negocio en el Defensores del Chaco, pero su debut en la Libertadores se oscureció cuando, a falta de cuatro minutos para el cierre, apareció Cristian Riveros para de cabeza darle la victoria a Libertad.
De esta forma, el equipo de Patricio Hernández no levanta cabeza y los días del técnico parecen estar contados.
La primera parte mostró a un Banfield un poco más confiado en sus cualidades. Bien firme en defensa y ordenado en la mitad de la cancha, no fue ni por asomo ese 'Taladro' que en el Clausura doméstico perdió todo lo que jugó.
Patricio Hernández, asediado por voces que reclaman resultados, armó el equipo de atrás para adelante, y si bien la dupla Vitti-Cvitanich no tuvo mucha compañía, el equipo argentino se mostró convencido en que había que traerse de tierra paraguaya cuanto menos un empate.
Así, en los primeros 45 minutos no sufrió sobresaltos. La cosa salió a la perfección. Los 'pelados' Marín y Guiñazú preocuparon por momentos por el andarivel izquierdo, aunque de a poco se diluyeron. Marín tuvo la primera a los 5, cuando escaló por su sector y no se decidió entre el arco y un centro, por eso el balón se fue afuera.
La más clara del conjunto argentino fue un tibio disparo de Cvitanich. Poco, aunque Banfield se fue al descanso sabiendo que no se había salido de libreto, y que hasta ahí todo funcionaba bien.
¿La que más sufrió? Un contragolpe de Libertad que apagó Andrizzi en la línea del arco.
Pero la amargura volvió a surgir en el 'Taladro'. No pasó sofocones en el segundo tiempo y todo se encaminaba a un empate, pero a falta de cuatro, Riveros se escapó de su marca en una pelota parada y le dio a Libertad un injusto triunfo.