Por muchos años las comunicaciones terrestres entre la Confluencia y el norte neuquino lo fueron por la costa septentrional del río Neuquén y hasta la habilitación del puente ferroviario (FCS) llegando a 1937, balsa y botes fueron el medio para cruzar el río, principalmente entre los dos pequeños poblados que hoy constituyen Neuquén y Cipolletti. El puente ferroviario facilitó el tránsito peatonal hasta que años después el puente dique en el río Neuquén, Cordero (Barda del Medio), facilitó además el uso por vehículos, aunque la distancia era mayor. Ambas poblaciones fueron creciendo y durante la gobernación neuquina del porteño coronel Carlos H. Rodríguez (nombrado en setiembre de 1932) entre otras necesidades notó la de un puente carretero sobre el río Neuquén no lejos del ferroviario y cerca del antiguo "paso", vado usado especialmente por los transcordilleranos con arreos desde las pampas bonaerenses. Lugar con mucha historia.

El proyecto y gestión de Rodríguez merecieron atención del gobierno central. Vialidad Nacional entre los planes consagraría su trabajo vial con la portentosa obra uniendo Neuquén y Río Negro -principalmente- en la zona de la Confluencia, pero igualmente seguro eslabón terrestre entre el Atlántico y la cordillera. La prestigiosa empresa alemana "Geopé" fue la adjudicataria para la construcción del primer puente netamente carretero en estas latitudes, pues el puente-dique más al norte tenía otra misión principal.

Rodríguez no pudo ver concretado su proyecto ya que falleció en Buenos Aires en abril de 1934 y la piedra fundamental se colocó en mayo de 1935 en lucido acto que presidio el nuevo gobernador del Neuquén -también coronel- Enrique Raimundo Pilotto destacado emprendedor de obras públicas durante los tres períodos de su actuación. El gobernador rionegrino, ingeniero Adalberto T. Pagano, estuvo representado por el presidente de la comisión de fomento de Cipolletti Jorge González Larrosa y también presente el juez Letrado Dr. Juan Julián Lastra (Neuquén).

El replanteo de la obra se concretó el 15 de abril de 1935 y según publicación neuquina la obra consistió en: "A. Puente principal formando por 9 tramos de 51,60 mts. c/u, salvados con arcos atirantados de hormigón armado, de 6 metros de ancho y dos veredas de 1 mt. con parapetos de un metro de altura. Cada uno de los 8 pilares están fundados sobre dos cilindros de hormigón armado hincados a una profundidad media de 12 mts. bajo del lecho del río. Los estribos apoyan, cada uno, sobre 4 cilindros hincados a la profundidad ya señalada. B. Puente de hormigón armado de 15 metros de luz y calzada de 6 mts. de ancho sobre el canal Roca en el acceso lado Cipolletti. C. Acceso lado Neuquén: desmonte de 54 o 55 metros cúbicos para obtener una calzada de 10 mts. de ancho, enripiada. Una alcantarilla de 0,75 de luz y 1 sifón de 1,10 mt. de ancho con un volumen total de 35.400 metros cúbicos, calzada enripiada y alambrado de 7 hilos con postes de hormigón armado y varillas de madera. Un enrocamiento protege los taludes próximos al cauce principal. Una alcantarilla de hormigón armado de 2,20 de luz. Costo total de la obra $ 920.700, incluyendo expropiaciones e indemnizaciones" (sic). (Neumann, OM, 1954).

Es de imaginar la atracción que la monumental obra ejercía en los pobladores de ambas márgenes del Neuquén y las visitas que recibiría siguiendo paso a paso los trabajos que dirigía el ingeniero Lettner -antes ingeniero Poenitz- de la empresa constructora, trabajos que finalizaron dos meses antes del termino contractual. Parece que ambos gobiernos territorianos no prepararon acto de inauguración y "que ningún movimiento se notaba de parte de autoridades para festejar dignamente semejante acontecimiento", por lo cual el empresario gráfico radicado en Neuquén Otto Max Neumann se lo hizo notar al gobernador Pilotto formándose una comisión popular. La campaña fue intensa y contagió a comunas vecinas y con "el aporte del comercio y la industria regional se organizó una fiesta de tal magnitud que, prácticamente, se volcó hacia el puente toda la población de la región, sirviéndose un asado popular y un vino de honor para las autoridades".

El corte de cinta por el gobernador Pilotto fue acompañado por el vecino cipoleño Augusto C. Mengelle en representación del similar rionegrino ingeniero Adalberto T. Pagano, formando guardia de honor boyscouts neuquinos y hablando en nombre de la comisión popular el subcomisario Horacio E. Ratti. Se reunieron cerca de dos mil vecinos de ambos territorios, actuando la banda de música neuquina, disparándose bombas de estruendo. Pocos días después el entonces periódico "Río Negro" (Gral Roca) informaba que "el puente estaba engalanado con guirnaldas y banderas argentinas, ostentando además letreros con el nombre de la empresa Geopé; constructora de la obra". Gran fiesta. No era para menos. Mas de trescientos automotores - algunos con techo de lona todavía - siguieron al de Pilotto y dieron varias vueltas, dando adiós a la balsa y a los botes que durante muchos años vivieron en silenciosa espera de aquel 20 de febrero de 1937. La enorme mole de hierro y cemento todavía sigue prestando servicios con cercano hermano y otro... en espera.

Bibliografía: Neumann, OM . 50 años, 1954. Ríos, CA. Gobernadores,1980. Varios, (Calf). Neuquén un siglo, 1983. Pérez Morando, H. El Puente, (RN), 1994. Diario Río Negro. Biblioteca Patagónica y otros.

HECTOR PEREZ MORANDO (*)

(*) Periodista. Investigador de historia patagónica.