Ayer, apareció José María Aguilar. Por primera vez desde que se sucedieron los hechos violentos en la zona de quinchos del club, el domingo 11 de febrero, el presidente de River habló en público y tomó decisiones: a pedido de la Justicia echó de la institución a seis barrabravas que también eran socios. Ellos son Alan y William Schenkler, Adrián Rousseau, Martín Gonzalo Acro, Alexis Alan Decoste y Cristian Ariel Ghisletti (ver aparte)

Una horas antes, Aguilar habló con una decena de periodistas que lo esperaban en la puerta de su casa. "River es el club más seguro de la Argentina, esto es indudable. Todos ustedes (por los periodistas), lo saben los jugadores, los técnicos, la policía, el Ministro del Interior, el Secretario de Seguridad y cualquiera que haya ambulado alguna vez por las canchas del país", enfatizó Aguilar.

También dijo que "se ha hecho un sumario administrativo para deslindar responsabilidades por la presunta participación de socios y empleados, y poder así tomar las medidas correspondientes".

"Yo los conozco..."

El titular 'millonario' señaló sentirse "responsable de todo lo que sucede en River" y consideró la clausura impuesta al club como "arbitraria" y sostuvo que fue "mal clausurado".

"Es una medida arbitraria. Había que encontrar un chivo expiatorio y eso es lo que hicieron". "Si River es un club que está clausurado a propósito de lo ocurrido, creo que habrá que pensar muy seriamente como es la continuidad de las entidades del país", agregó.

Sobre su relación con barrabravas de la institución de

Núñez, Aguilar dijo: "Yo conozco a algunos barrabravas de River, también a muchos hinchas. Pero no tengo ningún vínculo comercial con ellos".

Al referirse a una posible sanción a los barrabravas por los hechos de violencia registrados hace nueve días en la zona de los quinchos del estadio Monumental, Aguilar indicó que "si son socios van a ser expulsados. "Cuando tengamos una condena firma vamos a poder expulsarlos".

Unas horas después, Aguilar los expulsó del club.