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Martes 20 de Febrero de 2007
 
Edicion impresa pag. 23 > Internacionales
ESCENNA: Una bola de fuego y muerte apagó los pedidos de auxilio

DEWANA, India .- Con dos vagones incendiados por las bombas que habían colocado los saboteadores, el Expreso de Samjhauta recorrió los sembradíos de trigo y mostaza en medio de la noche, mientras los pasajeros en el interior gritaban desesperados. "Ellos gritaban, pero ninguno pudo salir'', dijo Rayinder Prasad, de 49 años, uno de los aldeanos que trataron de rescatar a las personas atrapadas detrás de las ventanillas enrejadas y de una puerta sellada por el calor del incendio.

Los aldeanos tomaron agua de un embalse y la arrojaron a las llamas que se elevaban encima de los vagones. Trataron de abrir una puerta, pero el calor intenso se los impidió. Poco después, los gritos cesaron.

"No pudimos salvar a nadie'', lamentó Prasad. El ministro de Ferrocarriles indio, Lalu Prasad Yadav, habló tras el baño de sangre de un "acto terrorista" y trazó paralelismos con los atentados en Bombay, donde extremistas islámicos que rechazan el proceso de paz mataron a 186 personas en julio del año pasado con una serie de ataques con bomba en trenes de cercanías.

Toda India quedó entonces consternada y una vez más, Nueva Delhi acusó a Islamabad de apoyar a los terroristas.

En esta ocasión, sin embargo, todo es diferente: indios y paquistaníes estuvieron hoy unidos por el dolor.

Por primera vez, ambas comunidades fueron objetivo del atentado.

El lugar de los hechos está en el norte de India, pero la mayoría de las víctimas eran paquistaníes que tras visitar a familiares volvían a su hogar.

Indios horrorizados sufrieron ayer frente al televisor mientras Ruksana Ali, una madre paquistaní llena de quemaduras, explicaba con voz quebrada cómo perdió cinco hijos en el infierno de fuego.

Indios y paquistaníes rezaron ayer por que los muchos heridos consigan sobrevivir, independientemente de su origen y credo. Ante el pesar en ambos lados de la frontera, las inculpaciones casi reflejas de India a Pakistán quedaron esta vez en el olvido. Más que dudoso es, por lo tanto, si los atentados lograron el objetivo extremista de torpedear el proceso de paz. Por el contrario, probablemente lo han incentivado.

(DPA/AFP)

 
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