COMALLO (José Mellado, enviado especial).- Con caritas en las que se mezclaba el asombro y la felicidad, las ganas y la curiosidad, más de 250 niños de distintas escuelas rurales de la Región Sur rionegrina participaron en la VII edición de Olimpíadas Rurales que se desarrollaron entre el miércoles y ayer en esta localidad. Como lo vienen haciendo desde el 2000, las jornadas fueron organizadas por el municipio de Comallo con el apoyo de la Agencia Deportes de Río Negro, con el principal objetivo de integrar a los niños de los parajes a través de la competencia deportiva y espacios de recreación y diversión. De ponerlos en igualdad de condiciones con aquellos que concurren a las escuelas urbanas, aunque sea durante dos o tres días. Y en este sentido los resultados fueron muy exitosos.
El miércoles, las distintas delegaciones fueron llegando a Comallo durante la mañana. Acompañados por docentes y algunos padres, los niños comenzaron a descender de micros, combis y vehículos particulares, con la ilusión de competir, pero también de conocer y relacionarse y compartir sus vivencias e historias.
"Fue muy lindo el viaje y la estadía en Comallo. Es la primera vez que participo en estas olimpíadas y me gusta mucho. Pude practicar distintos deportes, jugar y además hacer nuevos amigos", señaló Rosalía, una alumna de 6 grado de la Escuela 98 de Pichileufu. Es que en las escuelas rurales, la educación física no existe como materia y lo único que los chicos aprenden sobre las
distintas disciplinas deportivas y recreativas es lo que los maestros de grado pueden transmitir a contraturno. Además no son muchas las posibilidades en las que los niños pueden visitar otros lugares. Son prácticamente nulas.
La vida en el campo
La mayoría proviene de familias de campesinos muy humildes. Nacieron y se están criando en el campo y con 6 o 10 años, a excepción de las revistas o los libros que leen en la escuela, todavía no han podido conocer los centros poblados.
"El hecho de salir del paraje y compartir una estadía en el pueblo es para ellos una fiesta, más allá de la competencia en sí. Hay chicos que no conocían ni Comallo y están fascinados", sostuvo Fabiana Calfuquir, una docente de la Escuela 120 de Pilquiniyeu del Limay. La docente agregó que esa escuela viene participando desde hace varios años en las olimpíadas, por eso, los chicos que han competido en ediciones anteriores llegan con un espíritu de revancha contra las escuelas con las que les tocó perder en algunas disciplinas y eso les crea una gran expectativa durante los días previos. Y para quienes participan por primera vez, representa todo un desafío.
Durante los dos días, además de la competencia en disciplinas de atletismo, ajedrez y fútbol, los chicos pudieron compartir juegos, talleres de folclore, un espectáculo circense a cargo del grupo "Circarreta", vivencias y anécdotas en el marco de un clima de armonía y sociabilidad.
En este sentido, el director de Deportes del Municipio de Comallo, Feliciano Leiva, sostuvo que "es una satisfacción ver a los niños de los distintos parajes que se puedan juntar y compartir a través de la competencia, porque es un momento muy especial para ellos. Como también lo es para nosotros porque significa que, con errores y aciertos, lo poco o mucho que uno puede aportar les sirve y los hace feliz".
Luego de la ceremonia de clausura, cada niño recibió una mochila con útiles, además de la indumentaria que utilizaron en la competencia, provista por la provincia y un viaje al balneario El Cóndor.
Además, las escuelas, pelotas y libros fueron donados por una librería de Bariloche. Cada niño volvió a su paraje cargado de anécdotas y vivencias que seguramente serán comentadas durante mucho tiempo en los pasillos y las aulas.