VIEDMA (AV)- Cansados, con las huellas de haber estado más de dos días a la intemperie pero sanos. Así aparecieron ayer los dos hermanitos que desaparecieron el martes en la madrugada de una chacra de San Javier.

La búsqueda de la que participaban 40 efectivos había conmocionado a este pueblo rural y sumado a mucha gente, entre ellos los hermanos de los chicos.

La preocupación fue tal que ayer un taxista del lugar que recorría un camino rural vio a los niños que tomaban esa senda semi oculta. Le costó trabajo pero finalmente los convenció de subir al auto para llegar a la casa de una de las hermanas. El alivio por fin llegó a todos. Un trozo de melón y una remera habían dado pistas que los chicos no se habían alejado del lugar pero dónde encontrarlos ante tanto pastizal alto, acequias cubiertas y el monte de las chacras abandonadas que perfectamente los podía cubrir.

Y de hecho fue así. Según lo relatado por el más chiquito, quien se mostró con mayor peso de emoción y cansancio habrían visto en más de una oportunidad a los policías que recorrían hasta el cansancio esos lugares donde pareciera hace años sólo sobrevuelan los pájaros. Las veces que los vieron se refugiaron debajo de los pastizales en absoluto silencio. Y pasaron las horas. Tomaron agua del río y comieron frutas pero la cercana presencia de la Policía, de los bomberos, familiares y vecinos que se sumaron a la búsqueda ejerció, sin dudas, presión para que dieran señales de vida. Tampoco se podía aguantar mucho más tiempo guarecidos de la noche en improvisadas taperitas como relató el más chiquito ante el total hermetismo de su hermano que se resistió a subir al taxi y luego al patrullero para ir al hospital.

La alegría de encontrarlos sanos no empañó la sorpresa de quienes los buscaron durante estos días por el conocimiento del lugar, sobre todo de las chacras abandonas con caminos borrados por los altos pastizales, del mayor de los hermanos.