El gobierno anunció ayer que la economía registró un crecimiento del 8,5% en el 2006 por cuarto año consecutivo, en el marco de advertencias de organismos internacionales sobre el riesgo de un brote inflacionario.
La fuerte alza del Producto Bruto Interno (PBI) fue impulsada el año pasado por el desempeño de la industria automotriz y de la construcción, por los ingresos por exportaciones reforzados por un dólar alto, y una mejora en el consumo interno, informó el INDEC.
La industria de la construcción cerró el año pasado con una expansión superior a 15%.
En tanto, la agricultura frenó un alza del PBI que se encaminaba a 9%, a causa de las sequías registradas en la pasada temporada, indicaron economistas.
El cuarto año consecutivo de acentuada expansión levantó advertencias de parte de organismos internacionales como la Organización Mundial de Comercio (OMC), que alertó en un informe reciente sobre el riesgo de un aumento generalizado de precios y reclamó medidas para evitar el "sobrecalentamiento" de la economía argentina.
El texto de la OMC exhortó además al gobierno de Néstor Kirchner a generar un clima para favorecer el aumento de inversiones en el país, cuya economía viene en franca recuperación tras el derrumbe histórico de 10,9% que sufrió 2002. El PBI registró un avance de 8,7% en 2003, de 9,0% en 2004 y de 9,2% en 2005.
Las consideraciones de la OMC generaron un fuerte rechazo de Kirchner, quién como respuesta ratificó la profundización del modelo económico, y acusó a los organismos internacionales de sugerir políticas que provocaron el hambre, la desocupación y la pobreza en el país.
La política económica de "K" tiene como pilares un dólar alto, un fuerte superávit fiscal y un férreo control de los precios a
través de acuerdos con los diversos sectores, lo que le permite mantener a raya la inflación.
El costo de vida en Argentina ascendió el año pasado 9,8%, aunque el índice fue cuestionado por asociaciones de consumidores que aseguraron que la inflación fue superior a esa cifra.
En tanto, el alza inflacionaria en enero, de 1,1% según datos oficiales, levantó sospechas entre economistas y técnicos que estimaban un aumento superior al 1,5% sobre una eventual manipulación del índice por parte del gobierno.
En el marco de una macroeconomía con tendencia positiva, la inflación se transformó en la obsesión de las autoridades ya que desde la salida de la gran crisis de 2002 resultó una de las variables más difíciles de controlar.