RIO DE JANEIRO (AFP) - Río de Janeiro, mortificado por la violencia, comenzó a vivir su Carnaval cuyos multitudinarios y fastuosos desfiles en el Sambódromo prometen a miles de cariocas un momento de alegría en una vida de pobreza y dolor.
Los cuatro días de parranda comenzarán oficialmente hoy cuando el Rey Momo reciba las llaves de la ciudad, pero la fiesta ya se vive desde hace dos semanas en las calles de los distintos barrios. Las noches del domingo y lunes, trece escuelas de samba se presentarán en el Sambódromo, cada una con 3.000 a 5.000 integrantes.
La mayoría son vecinos de las zonas más pobres en las que policías, parapoliciales y narcotraficantes libran una sangrienta guerra que tiene a Rio con el corazón en la boca.
La violencia enlutó el martes a la escuela de samba Académicos de Salgueiro, una de más conocidas de la ciudad. Su vicepresidente fue acribillado a balazos junto a su esposa después de salir de la sede de la escuela. La policía sospecha que se trata de un ajuste de cuentas entre capos del juego clandestino, que suelen apadrinar a las escuelas y aportan dinero para financiar los desfiles, cuyo costo de producción supera largamente el millón de dólares.
Cuatro meses atrás, y también en otro aparente crimen por encargo, fue asesinado el presidente de la escuela Estacio de Sá; un símbolo de la samba y orgullo de la favela del Morro de Sao Carlos . Si bien la violencia parece cotidiana en Río de Janeiro, la ciudad está aún más mortificada por el asesinato de Joao Helio; un niño de 6 años que murió la semana pasada arrastrado durante 7 km colgado del cinturón de seguridad del auto robado a su madre. La grey del Carnaval no permaneció ajena al dolor. Las escuelas formadas por niños lo recordarán cuando desfilen hoy en el Sambódromo.