El plantel de Rosario Central decidió suspender la práctica vespertina de fútbol en el Gigante De Arroyito, debido a una puja económica con los dirigentes, a apenas dos días del crucial choque contra Boca.

El único jugador que habló del asunto con los medios que esperaban afuera del estadio, porque el entrenamiento era a puertas cerradas, fue el capitán, Christian González, quien argumentó que tras una "reunión con varios dirigentes no estaba el ambiente necesario para poder hacer una práctica de fútbol y decidimos cada uno entrenar por nuestra cuenta y mañana (hoy) hacer fútbol. No es que no queremos entrenar, al contrario, pero la situación no era la mejor".

El 'Kily' precisó que el conflicto proviene de una "deuda con el plantel. Sabemos que están haciendo el esfuerzo para pagarla, pero hay mucha gente joven que necesita la plata para entrenar como toda personal normal. Esto no es es una medida de presión, no quiero que digan que no entrenamos por eso. Solamente no era una situación propicia para hacer fútbol", añadió.

El miércoles surgió en los jugadores la inquietud por la deuda de dos meses (enero y diciembre) , además del aguinaldo a varios integrantes del plantel. Para que no hubiera inconvenientes, los dirigentes estaban juntando el dinero con la mayor prisa posible con la intención de hacerle frente a este inconveniente y abonar al menos parte de los sueldos. Pero ante tantas promesas incumplidas, se les terminó el tiempo de espera.