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Se cayó del tren y estuvo 5 horas tirado en el campo | ||
Un joven viajaba de Viedma a Bariloche sentado en un pasillo. Cerca de San Antonio se quedó dormido y se cayó por una puerta que estaba abierta. Lo encontraron varias horas después. | ||
VALCHETA (ASA)- Cuando Raúl levantó la cabeza todo era campo a su alrededor. El sol empezaba a despuntar en el horizonte y el dolor se tornaba insoportable. ¿Dónde estaba? ¿Cómo llegó allí? ¿Qué había ocurrido?. No tenía respuestas ante esos interrogantes. El domingo a la cinco de la tarde, Raúl Neira, un muchacho de 20 años oriundo de Caleta Olivia que generalmente pasa sus vacaciones de verano en Viedma, tomó el tren en la capital provincial con rumbo a Bariloche. Pero nunca imaginó que lo que era su primer viaje en ese medio terminaría de la peor forma. "Cuando me fui a buscar mi asiento en la clase más económica vi que el que yo tenía estaba ocupado por una señora. Le dije al encargado pero me contestó que me acomodara como pudiera. Como no quise hacer un escándalo viajé en el pasillo. Paramos en San Antonio donde el tren se rompió y estuvimos un par de horas. Cuando salimos de ahí, me dormí entre los dos vagones, que iban con las puertas abiertas. Así estuvieron permanentemente. El tren estaba lleno de gente, pero ahí estaba solo", recuerda el joven en su cama en el hospital de Valcheta, donde aguarda alguna respuesta. Ese pasillo fue su último recuerdo sobre el tren. La siguiente imagen es el campo, en pleno amanecer, unas cinco horas después de que por algún motivo, sin que nadie lo notara, se cayera de la formación y quedara desmayado a un costado de la vía. "Ingresó con una herida sucia en el abdomen, tal vez producto de una chapa del tren o alguna piedra al caer y raspones en distintas partes del cuerpo. Por eso lo tenemos internado para controlar que no haya infecciones. Pero está bien compensado. Ahora estamos haciendo los trámites para ver si el Tren Patagónico se hace cargo de su traslado hasta Viedma", afirmó el médico de guardia del Hospital de Valcheta, Javier Bernedo. Allí ingresó Raúl el lunes a la mañana. "Cuando abrí los ojos no entendía nada. No sabía dónde estaba ni lo que había pasado. Además, cuando me toqué la herida y vi como me salía sangre pensé que me moría. Por eso al ver el tren que venía me desesperé y les hice señas a los conductores para que se detuvieran. En media hora llegué acá y me internaron", relata todavía dolorido por las heridas y las contusiones. A bordo del tren nadie se enteró de nada. Su bolso apareció en Jacobacci luego de que él mismo pidiera que se lo recuperaran. "Pero la mochila con los documentos, el celular y la plata todavía no aparecieron", afirma preocupado. Es al menos preocupante que nadie se percatara de su ausencia. ¿Qué hubiera pasado si se golpeaba aún más duro y no podía levantarse en medio del campo a detener el tren?. ¿Qué controles existen para evitar estas situaciones?. ¿Qué información habrían recibido su madre y su hermana en Caleta Olivia sobre su destino?. Todas preguntas para las que Raúl ayer no tenía respuestas. Por fortuna, ahora sus familiares saben que el joven se recupera bien y que este accidentado viaje sólo pasará a formar parte de las anécdotas, cada vez más insólitas, que la precaria seguridad que brinda la empresa ferroviaria regala cada tanto a sus usuarios. | ||
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