"Hay que pensar que estos niños viven las 24 horas del día y los 365 días del año con su diabetes. Tienen que estar muy concientizados para que la diabetes no se transforme en un entidad aparte. Tienen que cumplir una dieta a rajatabla, controlarse y hacer actividad física sí o sí, y la familia tiene que lograr que lo haga. Cuando la familia está concientizada y consigue la adherencia al tratamiento, el chiquito también lo hace. Si en cambio, la familia no acepta la enfermedad, todo se hace más difícil." La entrevistada habla de la tranquilidad que representa para los pacientes el contacto con personas que están en su misma situación: "Cuando de golpe, en medio de la clase, llega el horario del control de glucemia, y cuarenta chicos comparten esa experiencia, no se sienten solos". De ahí que sea una de las actividades recomendables (en el caso de la asociación civil promueven los grupos coordinados por psicólogos); otra es la invitación de deportistas con diabetes para que relaten sus vidas a los niños, para que constaten que aun teniendo diabetes, ellos pudieron hacer todo lo que se propusieron. |