Había que levantar la moral. Porque Gimnasia la tiene en el subsuelo. El primer paso en la Copa Libertadores era una buena oportunidad, pero la realidad le pegó otro cachetazo: cayó con Defensor Sporting, por 3 a 0.

El planteo uruguayo fue simple, pero no por eso dejó de ser efectivo. Tres en el fondo, un enganche conductor y dos delanteros pícaros para lastimar en el área.

Para contrarrestar a Defensor, Troglio pensó en un mediocampo combativo y un planteo bastante mezquino. En el primer tiempo Gimnasia no llegó al arco rival con peligro ni una sola vez. Apenas inquietó con tibios avances.

El local dominó aunque tampoco llevó demasiados riesgos hacia los tres palos del arquero Kletnicki.

Sin embargo, Defensor aprovechó un descuido y se puso arriba. A los 36, con una fórmula viejísima el local sacó la primera ventaja. Jugada que comienza por la derecha, cambia para la izquierda. Por allí apareció Vila y centro atrás. Ya en el área, recibió De Souza y un nuevo centro atrás. A un metro del área chica, Ariosa llegó para empujarla al gol.

Nada cambió en el segundo tiempo. A los 18, Vila volvió a desbordar por la izquierda, y envió el centro atrás. Carlos Morales, el nueve, esperaba tranquilo y solo en el punto del penal. Bien parado, conectó con todo el empeine y a cobrar. 2 a 0.

El 'Lobo' seguía sin reacción, a pesar de algunas modificaciones, y los uruguayos aprovecharon. Pereira se paró sobre la derecha, ingresó al área, se sacó la marca de Landa y definió de zurda. La goleada estaba consumada.

Gimnasia es un equipo que, por ahora, no tiene alma o la perdió. El trabajo del entrenador ahora es más que acomodar las piezas justas: necesita motivar al plantel.

Es casi una misión espiritual. Troglio debe encontrar el espíritu de su equipo, la esencia. Algo que lo ayude a reencontrar el camino.

Al cierre, el Vélez de La Volpe se medía con Emelec, en Ecuador.