NEUQUEN (AN).- Felipe Sapag se siente tranquilo y en paz. Está sentado en una silla del escritorio de su silenciosa casa, rodeado de recuerdos que no escapan. Tiene ganas de hablar del pasado y se apasiona con el futuro. A los 90 años, lo hace con envidiable optimismo.
Hoy festejará su cumpleaños rodeado de familiares y amigos. En la casa que está en penumbras habrá dos sillas vacías, las de sus hijos Ricardo y Enrique, asesinados durante la última dictadura militar.
"En el libro está...", dice Felipe en un tono de voz muy bajo.
El libro que menciona es "El Desafío", de su autoría. Allí, este hombre que fue cinco veces gobernador de la provincia y uno de los fundadores del Movimiento Popular Neuquino (MPN), escribió lo siguiente: "'Chela' y yo estamos orgullosos de nuestros hijos (...) mostramos al mundo nuestras cabezas altivas, porque en nuestra familia, por fruto del amor, creció y floreció Ricardo Omar Sapag y también su hermano Enrique".
"Chela" Estela Romeo
es la esposa de Felipe, tiene 85 años y escucha con atención la entrevista con "Río Negro" que aún no finalizó. A esa altura, Sapag ya había dicho lo que tenía que decir. "Estoy confiado de que en poco tiempo tenemos aire fresco en la provincia". A Jorge Sobisch ni lo menciona. Cuando promedia la entrevista con "Río Negro", Felipe aclara que no quiere hablar de la política local. "En otro momento", responde.
El "aire fresco" que, según el ex gobernador está por llegar, se llama Jorge Sapag, su sobrino, el hijo de su hermano Elías y candidato a gobernador del MPN. Por oposición se interpreta que el "aire fresco" que está en viaje se lleva el "aire viciado".
Sapag no lo expresa de este modo, pero deja la pelota picando como cuando jugaba de centro half en Boca, un antiguo club de Zapala, donde las competencias era por una caja de "bolita", una a bebida cola que codiciaban los muchachos de entonces.
Cuando habla del presidente parece un kirchnerista de la primera hora. "Soy del Movimiento Popular Neuquino, pero la verdad es que siento respeto por Kirchner", responde.
¿Al país lo ve bien?
Lo veo saliendo adelante. Hay una Argentina más promisoria, con mayores esperanzas que la que tuvimos antes.
¿Cuál fue el momento más crítico de la Argentina?
Debe haber sido el 2001, porque estuvo a punto de la disolución.
¿Fue peor que la dictadura?
Es consecuencia. La dictadura trajo toda esta consecuencia, el disloque de todas las esperanzas que teníamos los argentinos.
¿Por qué cree que la Argentina se está recuperando?
Una parte importante la tuvo (Eduardo) Duhalde con su gestión, que fue buena, a pesar de que no se esperaba una postura de defensa de los intereses del país. Y luego vino Kirchner que para mi, después de (Juan Domingo) Perón, es el que ha retomado el verdadero camino para la grandeza del país, para el bienestar de los más necesitados. Ya vemos cómo se ha interesado por las jubilaciones, por aumentar los sueldos, por hacer respetar al país, pagar la deuda. Creo que si el país sigue esta política uno o dos períodos más, sale adelante.
¿Quién tiene que cumplir ese otro período, Néstor Kirchner o Cristina Kirchner?
Me gustaría que fuera él.
¿Y cuál fue el período más difícil en la historia de la provincia?
La época del territorio nacional. Se hizo la conquista del desierto, hubo una matanza tremenda de mapuches, los que no murieron tuvieron que huir a Chile y después hubo 80 años de olvido. Ni caminos, ni educación, ni salud, ni población... ninguna esperanza. La poca población en la frontera eran los mismos mapuches que volvieron de Chile. Fueron a ocupar sus lugares anteriores y eran propiedad de la oligarquía o militares vencedores. Hubo falta total de apoyo a gobernadores que no tenían recursos. Algunos muy buenos hicieron lo posible.
Entre "los buenos que hicieron lo posible" Sapag rescata a Carlos H. Rodríguez y a Luis Pedro Quarta.
La entrevista concluye con una sesión de fotografías en el frondoso jardín del fondo. El aire está perfumado y Chela mira a Felipe con admiración. A ambos se los ve tranquilos y en paz.
GERARDO BILARDO
gbilardo@rionegro.com.ar
