BEIJING (AP).- La negociación que resultó en el acuerdo para que Corea del Norte abandone su programa de armas nucleares cede el paso ahora a una fase mucho más ardua: asegurarse que el país comunista respete sus promesas.
Reservado, beligerante y con una merecida reputación de ignorar acuerdos previos, Corea del Norte presenta un escollo difícil para los inspectores de armas, dijeron expertos.
El país estableció un programa secreto de armas nucleares, pese a que hace una década había suspendido uno similar y aceptado inspecciones de la ONU. Su terreno montañoso está marcado por túneles y búnkeres ideales para esconder bombas, materiales y plantas de producción.
Equipos norteamericanos de expertos visitaron un presunto sitio nuclear subterráneo norcoreano, una vez en 1999 y de nuevo en el 2000, solamente para encontrar un complejo de túneles sospechosamente vacío. "Nosotros tenemos estimados de cuánto material nuclear tiene, cuánto ha producido y si lo han escondido. Pero nadie puede decir a ciencia cierta", admitió Liu Gongliang, un físico nuclear que ha tratado de monitorear el programa nuclear norcoreano para el gobierno chino. Cuando Estados Unidos, China y otros socios regionales en las negociaciones tratan de hacer cumplir el batallado acuerdo, superar la usual intransigencia de Pyongyang va a ser vital.
Un éxito en librar a Norcorea de sus armas nucleares haría del país un ejemplo de desarme, como Sudáfrica en los noventa y Libia más tarde. Un fracaso podría reavivar las tensiones en el nordeste de Asia, donde Washington tiene tropas estacionadas para defender a sus aliados Japón y Corea del Sur. Los norcoreanos podrían tener otras instalaciones y materiales nucleares no declarados, dicen expertos.