SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El obispo Fernando Maletti y el sacerdote Pascual Bernik encabezan la comisión organizadora de la nueva peregrinación que se realizará el próximo 18 de febrero para recorrer los lugares donde estuvieron asentados los jesuitas hace más de tres siglos, llevando a bordo de la nave insignia la réplica de la imagen que fue venerada en la Misión en aquellos tiempos.

La primera peregrinación se realizó en 2005 con la colaboración de la Prefectura Naval Bariloche, luego de que trajeran desde Chiloé la imagen que talló con madera de ese archipiélago el escultor Milton Muñoz.

Según las constancias históricas, a fines de 1670 llegó el padre Nicolás Mascardi a la Península Huemul para fundar una misión sobre las costas del lago, la única de este lado de la Cordillera entre las 15 misiones fundadas en la región por la Compañía de Jesús. El 4 de marzo de 1672 Mascardi recibió del conde de Lemos, virrey del Perú, una imagen de la Virgen de Loreto, y la instaló como patrona en la capilla de la misión, rebautizada como Nuestra Señora de la Asunción de Poyas. Los Poyas y Puelches habitaban en cercanías del Nahuel Huapi, y habían tomado contacto con los religiosos.

En setiembre de 1673 Mascardi fue asesinado durante la travesía que tenía como destino final el Estrecho de Magallanes, y la Misión Nahuel Huapi estuvo abandonada durante 30 años, hasta que los padres Felipe Laguna y Juan José Guillelmo reinauguraron la capilla, siempre venerando la misma imagen. El 14 de setiembre de 1717 los indios quemaron los edificios de la misión, y con ellos el cuerpo del padre Francisco de Elguea, que estaba al frente en ese momento. Sólo se salvó de la destrucción la imagen de la Virgen, a la que los indios habían abandonado cubierta por un cuero de caballo después de despojarla de sus vestidos. En 1724 una expedición al mando del padre Arnoldo Jaspers encontró la imagen y la devolvió a la Compañía de Jesús, pero tras el regreso de Jaspers se perdió el rastro, finalmente hallado en Achao.