Los británicos ya están acostumbrados a recibir malas noticias del campo. A mediados de los años 80, murieron en una granja del condado de Kent las primeras reses a causa del BSE o "mal de las vacas locas". En un matadero de Essex se constató en 2001 la reaparición de la fiebre aftosa en algunos cerdos. En ambos casos, estos hechos supusieron el inicio de una epidemia que afectó a otros países europeos. Ahora, la alarma está en el sector avícola en Suffolk, donde se han sacrificado 160.000 pavos porque se detectó el peligroso virus H5N1 de la gripe aviar. Y es grande el temor de que esto no sea más que el principio.

Hace apenas una semana desde que en la granja del magnate avícola Bernard Matthews se hallaran los primeros animales muertos. El martes eran 71, el miércoles 258, el viernes ya habían perecido 1.500. Durante el pasado fin de semana, las autoridades ordenaron el sacrificio de todos los pavos de la granja, después de que se confirmara la sospecha de que se trataba de la peligrosa variante asiática de la gripe aviar, que puede afectar también a los seres humanos.

En todo el mundo ya han muerto más de 160 personas por esta causa, la mayoría en Asia. Alrededor de la granja se ha establecido un bloqueo de tres kilómetros. Dentro de este perímetro, hay que llevar trajes protectores y máscaras. Los cadáveres de los animales muertos son transportados en camiones e incinerados. A los trabajadores de la granja se les ha administrado, de manera preventiva, pastillas de la vacuna antigripal Tamiflu. En el recinto, que cuenta con 22 establos en cada uno de los cuales son criados 7.000 pavos, trabajan cientos de personas, muchas de ellas extranjeros con salarios bajos. Y esto es lo que más asusta a los británicos: el nuevo caso de gripe aviar no fue detectado en algún lugar en plena naturaleza salvaje, sino en una gran granja de la industria agrícola.

Tras Bernard Matthews figura una compañía con una transacción anual de 400 millones de libras (unos 600 millones de euros) y que suministra a casi todos los supermercados. Se estima que el patrimonio del fundador de la compañía, de 76 años, supera los 500 millones de euros. Uno de cada tres pavos que llegan a las mesas de los británicos en Navidad proviene de su producción, es decir unos nueve millones de animales al año. Además, Matthews no sólo exporta al extranjero sino que tiene varios negocios allí. También le pertenece el mayor criadero de aves de Hungría, Saga Foods.

Dado que el primer caso europeo de H5N1 de este invierno fue detectado hace unos días en un criadero de gansos en Hungría, las autoridades están investigando ahora también si el virus pudo proceder de allí. Aunque eso no es muy probable. Se sospecha más bien que alguna pequeña ave migratoria podría haber llegado a la granja en Holton. También es posible que el virus fuera traído por algún trabajador, quizás mediante restos de excremento. Las causas se conocerán dentro de unos días. Probablemente también entonces se sabrá si la granja avícola es un caso aislado o si ya se han infectado otras aves.

La industria avícola británica, con una transacción anual de 5.100 millones de euros, ya está temblando.

CHRISTOPH SATOR

DPA