CIPOLLETTI (AC).- Diego Giménez no sólo dijo que el arma con la que mató al taxista José Vázquez la arrojó al canal, sino que además precisó dónde. Según su confesión, el revólver calibre 22 lo habría tirado en el canal principal de riego a la altura del puente de Millacó, en Allen. En base a ello los investigadores están organizando búsquedas tanto por tierra con la ayuda de perros como en el agua, con la colaboración de buzos de Neuquén.

El camino donde Vázquez apareció sin vida, calcinado, está paralelo al canal secundario de riego. Allí el presunto autor habría arrojado algunos elementos de prueba pero no el revólver, según habría relatado. El arma homicida la habría tirado al llegar a Allen y en el otro canal, el principal.

Los dichos de Giménez seguían analizándose ayer en forma minuciosa. Es que llaman la atención varios puntos de su relato, como por ejemplo, que Vázquez -que no era ningún novato al frente del volante- haya accedido a ingresar voluntariamente al camino paralelo al canal si ya habían discutido previamente por dinero. Ese tramo es poco transitado, muy angosto, y a cualquiera le hubiese sorprendido que por allí el pasajero pensaba llegar hasta "la casa de un amigo".

"Quizás lo llevaba encañonado", presumen algunos, mientras dicen que siguen evaluando las distintas posibilidades en base al testimonio prestado frente al fiscal en comisaria Ricardo Romero, poco después de su detención.

El sábado Giménez dijo que actuó solo y que mató al taxista luego de haber discutido por el precio del viaje. Aseguró que estaba "loquito", que había consumido alcohol y fumado marihuana.

Además de esta confesión, que no se realizó en sede judicial frente a un defensor, Giménez tiene en su contra que tenía puestas alpargatas cuyo rastro "coinciden" con el que dejó el asesino en la escena del crimen. Sin embargo este indicio también sería relativo porque se trata de calzado fabricado en serie. Si no tuviera alguna marca que lo hiciera distintivo, su valor no sería de tanto peso.

Por eso, teniendo en cuenta que el juez Pablo Iribarren tiene diez días hábiles para determinar la situación procesal del imputado, los efectivos que trabajan en el caso están tratando de sumar mayor cantidad de elementos en contra de este hombre de 31 años, oriundo de Buenos Aires.

Por otra parte, ayer en Cipolletti, teniendo en cuenta lo sucedido con la desaparición de un taxista el domingo (que estaba en la casa de un familiar y no lo comunicó desesperando a sus compañeros) la Asociación de titulares de taxis anunció que es "obligación" que los choferes paren en los puestos de control policial que se crearon a partir del homicidio de Vázquez. Dijeron que el hombre que se ausentó "había evadido" uno de estos puestos.