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Martes 06 de Febrero de 2007
 
Edicion impresa pag. 44 > Cultura y Espectaculos
ENTREVISTA A KINKY:  "No nos limitamos a un solo medio ambiente"
Antes de su llegada a la Argentina, "Río Negro" habló con la banda mexicana que tocará el jueves en la Fiesta Nacional de la Manzana.
El caos es parte de la música de Kinky.
El caos es parte de la música de Kinky.
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Kinky, la banda integrada por Gilberto Cerezo en voz, el guitarrista Carlos Chairez, César Pliego en bajo, el batero Omar Góngora y Ulises Lozano con los teclados, lanzará "Reina" en la Argentina, justo el día de su presentación en la Fiesta de la Manzana.

Con producción propia, su tercer disco explora nuevos sonidos y estilos e incluye "¿A dónde van los muertos?" donde colabora la cantante de rock alternativo Ely Guerra; y cuenta además con aportes de amigos como el vocalista de Men at Work, Colin Hay, y el acordeonista del grupo Intocable, Rick Muñoz.

Formados a fines de los 90 en Monterrey, México, el primer álbum "Kinky" aparece en 2001 y se largan a una gira con más de ciento ochenta conciertos por Estados Unidos, cuyos comentarios llegan a Inglaterra, donde Chris Allison -productor de Coldplay y Beta Band- los incorpora en su sello. Con él, editan "Atlas" grabado en Los Angeles, alejándose del electro-pop para acercarse a un sonido más roquero, sin olvidar influencias latinas y naturalmente mexicanas.

Familiarizados con eventos en español o en inglés, Kinky vive en gira desde el 10 de agosto, cuando se presentó en Albuquerque, Nuevo México, y continuó en El Paso, Tucson, Fresno y Santa Bárbara. Luego pasó por Los Angeles para organizar el lanzamiento del último CD en el club The Avalon de Hollywood. La fiesta no paró.

En septiembre se presentaron en el Download Festival en San Francisco junto a Muse, Beck, TV On The Radio y Wolf Mother; en noviembre fueron parte del festival ¡The Bang! encabezado por Gnarls Barkley -Crazy- y Modest Mouse, en el Bicentennial Park de Miami. Desde su debut en el 2000, la banda ha tocado con Red Hot Chili Peppers, The Flaming Lips, Cake, The Beastie Boys y Shakira...

Después del extenso tour mundial para promocionar "Atlas", el quinteto buscó paz y relajación tras pasar situaciones bien extremas. Una noche durmieron en el callejón de un estadio en Italia, días después se hospedaron en un hotel cinco estrellas frente a las torres de Kuala Lumpur; comieron tacos en un antro de las afueras de Tijuana y en la misma semana brindaron en un vuelo primera clase rumbo a Indonesia con INXS.

Llegado el momento de enfocar la energía en el tercer álbum, dejaron su desértico y caluroso Monterrey, para refugiarse en una cabaña-estudio en lo alto de una montaña al sur de California.

Tan interesados en grabar estaban que no se dieron cuenta que había sido evacuada la colonia entera; un par de casas se habían derrumbado en el vecindario. Un día, otra avalancha de barro entró por la puerta trasera del estudio e inundó todo.

"Para nosotros, trabajar en un estudio lleno de lodo fue como ser parte de una gran fiesta, inmersos en un gigantesco pastel de chocolate", recuerda con humor Gil Cerezo, vocalista del grupo. "Decidimos hacerle una obra a la exageración, aludiendo a las celebraciones de las quinceañeras mexicanas y sus pomposos vestidos, donde se gasta lo que no se tiene con tal de concederle el sueño de ser reina por un día".

Carlos Chairez, guitarrista de Kinky, continuó el diálogo con "Río Negro", en la primera entrevista que conceden a un medio gráfico argentino, antes de arribar al país, desde Los Angeles.

"Es afortunado para nosotros, tener diferentes perspectivas en el día a día. Definitivamente nos hacen al momento de tocar música o plantar alguna idea, pues, nos ponen ante un panorama muy abierto. No nos limita a un solo medio ambiente. Eso es bueno y nos tiene siempre atentos a que todo puede pasar, a que mañana estemos en una situación bien extrema, otro día en otra diferente, otro en otra... Pues eso, más que nada, aporta una felicidad de que la vida no es rutina, principalmente".

- Vida caótica... Cómo quedan el cuerpo y la psiquis después una gira de ciento ochenta conciertos, por ejemplo, para componer?

-Carlos Chairez: Queda un especie de satisfacción, como cuando corres, haces ejercicios, algún deporte, y terminas cansado pero con las endorfinas que te hacen sentir relajado. El cuerpo, con ese narcótico natural está bien a gusto, pleno, bien. El caos siempre está presente. Cuando llega la tranquilidad, pues se disfruta y le sacas provecho. Pero también lo caótico es una parte importante de la música; cuando tocas, tienes un concierto, hay un caos organizado. Nunca nada es perfecto y eso, los latinoamericanos, lo comprendemos, lo aprovechamos y lo vivimos bien. Esa imperfección en la vida, en las cosas, en las ciudades, es parte nuestra.

Es un caos que se trata de organizar, pero en el fondo hay algo en nosotros que no sé si no nos guste o hace todo más interesante. Pero estamos en medio de él, lo disfrutamos y lo extrañamos cuando nos alejamos. Buenos Aires y Ciudad de México son casi primas en ese aspecto de vida, de la cultura...

- En lo personal, cuánto te aporta esta carrera?

- Satisface un proyecto de vida que alguna soñé, principalmente una vida de viajes, de experimentar situaciones nuevas. No caer en la rutina es el centro de mi idea, que muchos músicos también tienen. Es maravilloso tener la oportunidad de dedicarme a esto, viajando, de ser invitados a la Argentina y a la Fiesta de la Manzana... Ahorita estamos en un punto bueno, hemos hecho mucho pero, para nada, estamos satisfechos y ya sentados nomás sintiendo que todo está logrado. Al contrario, eso trae posibilidad de hacer cosas nuevas. Mientras tenga esa inquietud de seguir, de no sentirme satisfecho y seguir, pues continuaré haciendo, creando, sobre todo. Se trata también de música y cuando haces un disco, lo dejas atrás; como si tomaras un foto de lo que pensabas entonces; esa fotografía no la llevas siempre en tu maleta, sino estás pensando en tomar otra, en crear otra vez, grabar otro disco, nuevas ideas y así...

- ¿Qué límite tiene? Un techo que aún no se ve.

- El ciclo de las cosas tiene una vuelta. Algo siempre llega, se vuelve a empezar, siempre el círculo arriba a una curva máxima y luego a otra mínima. Ahorita, como dices, no se ve, pero habrá un tiempo de parar. Hoy, las inquietudes no cesan. El límite se relaciona mucho con la interacción en la banda, con que todos sigamos en el mismo canal, y que las cosas no se tomen tan, tan en serio. La música no puede tomarse como la política, más bien requiere de esa diversión, de ese compromiso con crear. No es algo que llevas sobre los hombros, te lleva a ti.

- Como cuando jugabas de chico...

- Claro que sí. Y si luchas contra algo, también hay que tomarlo de ese modo, riéndote. Si caes, cae riendo. Esto entre nosotros, los mexicanos, es muy marcado, y en los latinoamericanos que toman las cosas con mucho humor, humor negro, si quieres... Mientras sigamos teniendo esa insatisfacción, el deseo de hacer, es una buena señal para que el grupo siga creando.

 

EDUARDO ROUILLET

 
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