BUSCAR       RIO NEGRO    WEB     
TITULOS SECCIONES SUPLEMENTOS OPINION CLASIFICADOS SERVICIOS NUESTRO DIARIO PRODUCTOS
 
Domingo 04 de Febrero de 2007
 
Edicion impresa pag. 22 y 23 >
Otros tiempos

La política otra vez se introdujo con la mayor crudeza. No existieron reparos, ni cuidados.

El crimen del taxista cipoleño José Vázquez tiene demasiadas aristas abiertas y muchas incógnitas. Sí se sabe que no fue un delito común.

Todo era consternación y confusión cuando ya el senador Miguel Pichetto como se preveía irrumpió con fuertes cuestionamientos a la política de seguridad de la gestión de Miguel Saiz a partir de ese crimen. El ministro Iván Lázzeri rompió el silencio que había adoptado inicialmente. Lo siguieron otros dirigentes.

Política en su estado puro.

Aquel suceso excepcional en nada refleja la cotidianidad rionegrina. Las falencias de la política de seguridad tienen otros marcados exponentes.

La crítica fácil solamente logra desvirtuar a otra certera y contundente.

Ya no hay acción en Río Negro que no se corresponda con las próximas elecciones.

Y eso no es producto exclusivo de la oposición.

Desde hace tiempo, el oficialismo trabaja con criterio de campaña aunque, por ahora, sólo insinúe un cronograma electoral.

El gobernador Saiz permaneció el martes y miércoles en Capital Federal intentando cerrar estrategias con el presidente Néstor Kirchner. Pudo reunirse con el secretario general, Oscar Parrilli, que le prometió la prescindencia K en la futura campaña rionegrina.

Es casi seguro que Kirchner se mantendrá alejado de Río Negro, pero Parrilli habló según dicen de mayores compromisos. Hay demasiado optimismo en el gobierno de Saiz. Parrilli no es un buen parámetro.

Exagera la visión de Kirchner en favor de la concertación y, consecuentemente, no pierde ocasión para limar el poder a Pichetto. Muchos rencores los separan.

"El hombre es Alberto Fernández y el presidente se lo señaló como nexo", dijo un miembro del gabinete provincial. "El riesgo es que tiene mejor relación con Pichetto", acotó.

Casualidad o no, Saiz no pudo reunirse esta semana con Fernández.

Pichetto no tuvo su promocionada y pretendida reunión de proclamación de la fórmula con Julio Arriaga.

Difícilmente Kirchner conceda a Saiz mucho más que la prometida prescindencia cuando le negó casi todo a su propio presidente del bloque de senadores.

El parlamentario recurrió a una forzada interna, con vencimiento para mañana (a las 24) en la presentación de listas y tiene expectativas de proclamar la fórmula durante la semana, si formalmente no aparece ningún contrincante. Los riesgos quedarán para la resolución de las listas.

El poder disciplina, entonces Saiz impone un único criterio en su estrategia de concertación. Pocos saben cuál será el destino del oficialismo y, en todo caso, del radicalismo. Los más críticos se silencian.

Después de su anual descanso en Pinamar, el ex gobernador y presidente de la UCR, Pablo Verani, se reunió dos veces en Viedma con Saiz. Le transmitió riesgos para el radicalismo frente a la jugada kirchnerista, pero después se refugió en Roca.

Ni Verani ni otros como Bautista Mendioroz romperán con este alineamiento mientras Saiz logre convencerlos de que Kirchner no les dará la espalda, que las en

cuestas lo favorecen y, especialmente, que se mantengan partícipes de los espacios que permite el poder radical. Todo parece inmutable.

La política no se moverá de su reducido mundo.

La Unter también aprovechará este tiempo electoral.

Mañana, el gremio forzará la discusión salarial en el reinicio de la paritaria docente. Educación aún no quiere abrir este debate, pero sabe que su posición dependerá finalmente de los plazos electorales. Una debilidad que conoce la conducción de la Unter, que ya evalúa el mayor impacto de un paro si no hay mejora.

El desdoblamiento del comienzo de las clases pone al gremio frente a una disyuntiva. Igual todo indica que cualquier medida de fuerza se concretaría con el inicio de la primaria (el 26 de febrero), siempre según la evaluación que adoptaría un congreso que se reunirá el 22 o el 23 de febrero.

La cartera educativa tiene poco margen de maniobra salarial. Se repite en la estrategia de contrarrestar la ofensiva gremial con ataques a la debilidad del sector docente: el permisivo régimen de licencias.

Otra vez, Educación se repite en esa presión. La más reciente involucra al propio ministro César Barbeito, quien el año pasado habló de imponer un pago por presentismo. Un intento que después se volatilizó con igual rapidez que emergió en la discusión gremial.

La discusión salarial confluirá inexorablemente en el cronograma electoral. Los docentes mantendrán la vanguardia, pero no estarán solos. Al gobierno le será difícil sostener únicamente el aumento ya dispuesto.

El actual debate nacional con sus gremios sostendrá latente la negociación en Río Negro. Por ejemplo, el incremento de las asignaciones es un tema por resolver.

Además, con los pagos iniciados ayer, los estatales advertirán el real impacto que tendrán las subas anunciadas. El promedio rondará en el 15%.

Este cronograma reedita las diferencias salariales.

Un agente del Ejecutivo promediará los 1.400 pesos de bolsillo. Casi tres veces más será el haber medio de un miembro de la Justicia, reflejando también las marcadas disparidades que existen entre haberes de los empleados y de los magistrados. Abismos aún imprecisos, ya que se desconoce la efectiva suba del 19% en las liquidaciones de enero.

Otro dato de la distancia de los sueldos medios de la Justicia se advierte con la Legislatura, generalmente comparables. Aquéllos casi duplicarán a éstos. Los judiciales superarán a los 4.000 pesos netos, mientras los legislativos se aproximarán a los 2.150 pesos.

Con esos haberes, la Justicia con más obligación deberá insistir en revisar los resultados de sus servicios.

Una revisión en las causas de delitos comunes y de las otras, donde se investigan hechos ligados a los más poderosos.

Por caso, sigue empantanada la causa por la irregular rendición de fondos del Programa del Empleo Rionegrino (PER).

Después de dos años, a mediados del 2006 se retomó y se indagó a cuatro ex funcionarios de Trabajo. Cuatro meses después, el juez Pedro Funes todavía no resolvió si esos imputados tienen o no responsabilidades. El argumento es que se pidieron nuevas pericias. Mientras tanto, esta demora perjudica en dos líneas: personalmente a los sospechados que siguen con esa condición y, además, a una sociedad que incorpora más sospechas de cómo actúa la Justicia frente al poder.

Nada ya parece extraerse del limbo electoral.

El único inconveniente es que todos se olvidan del rionegrino común.

 

ADRIAN PECOLLO

pecollowa@yahoo.com.ar

 
haga su comentario otros comentarios
 
 
sus comentarios
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
Todos los derechos reservados Copyright 2006