CIPOLLETTI (AC).- Otra vez menores de edad fueron protagonistas de incidentes en las 1.200 Viviendas de Cipolletti. En la madrugada de ayer un grupo, en el que también había mayores, golpeó a una joven embarazada y a su hermano, porque horas antes los habían denunciado por un robo.

El hecho generó gran malestar y nuevamente, como ocurrió en diciembre, hubo enfrentamientos en el barrio: pedradas, insultos y corridas hasta la madrugada.

Todo comenzó cuando alrededor de las 14:30 del viernes un vendedor bajaba mercadería en la despensa de María Elena Pulgar, ubicada en José Hernández y Cobián. En ese momento se acercó un joven de unos 15 años, que intimidó al hombre con un arma blanca, mientras otro logró arrebatarle una caja con mercadería. Hubo una persecución. El hijo de la dueña pudo alcanzarlos pero fue amenazado con un cuchillo, según dijo Pulgar. La policía logró evitar que algo grave sucediera.

Uno de los menores fue detenido y se ubicó la caja con mercadería, que estaba escondida debajo de una escalera.

Pero cerca de las 20:30, cuando el sospechoso fue liberado, un grupo se presentó en la despensa para tomar "represalias".

En el lugar se encontraba la dueña, su esposo, su hijo de 18 años, su hija de 16 que está embarazada y otra nena de 4 años. Pulgar dijo que comenzaron a tirar piedras y que a su hijo lo golpearon en la vereda. Cuando su hija quiso intervenir para auxiliar a su hermano, también la golpearon. Eran cinco personas, entre las que había mujeres.

"A mí cuñado le sacaron dos dientes con los golpes y a mi mujer le pegaron en la cara y en la panza", comentó ayer Leandro Liuqui, pareja de la joven. Pese a este incidente, la menor no sufrió complicaciones con su embarazo.

Tras este hecho, la familia volvió a recurrir a la policía. Y siguieron los problemas. Hubo más integrantes en el grupo agresor (nutrido por familiares) y algunos vecinos salieron en defensa de los Pulgar. El enfrentamiento se prolongó hasta poco después de las tres.

No es la primera vez que ocurre una gresca así. El 12 de diciembre pasado la misma embarazada denunció a los menores cuando le arrojaron piedras al pasar por una plaza. Fue el puntapié de un serio enfrentamiento entre policías y vecinos.

Con el hecho del viernes el clima volvió a ser tenso en las 1.200 Viviendas. Ayer al mediodía hubo una reunión con los damnificados y jefes policiales, mientras que anoche se concretaba otra en el domicilio de los Pulgar.

"Son unas 30 personas, entre ellas hay menores, algunas mujeres. Han tomado el barrio por su cuenta y hacen lo que quieren. Si los detienen a los menores, a las horas están en libertad otra vez. Si los denunciamos, después tenemos que sufrir las represalias", comentaron los vecinos.

Pulgar habló directamente de "familias" que están en el delito y que tienen a todo el barrio en vilo.