NEUQUEN (AN).- Para evitar conflictos por viandas en mal estado como los suscitados el año pasado, la municipalidad saldrá a controlar a las empresas que prestan este servicio a las escuelas y colegios de la ciudad de Neuquén. En aquella oportunidad "detectamos que muchas firmas contratadas por el Consejo Provincial de Educación (CPE) funcionaban sin habilitación", recordó el director de Calidad Alimentaria, Alberto Chandía.

El funcionario solicitó al CPE que antes de contratar este servicio, exija la presentación de la documentación pertinente.

Las inspecciones comenzarán la semana próxima sobre los 34 emprendimientos del rubro habilitados para funcionar. La orden es verificar el cumplimiento de todos los requisitos y al mismo tiempo rastrear los servicios ilegales.

El Código Alimentario Argentino impone una serie de obligaciones a los prestadores, entre otros contar con una sala de elaboración de alimentos y otra de rotulado, además de sistemas de frío.

La municipalidad intervino el año pasado en el conflicto entre el CPE y los alumnos tras recibir denuncias de viandas en mal estado por parte de profesores y estudiantes.

"Una vez que comenzamos la investigación, detectamos que muchas de estas empresas contratadas por el Consejo de Educación no contaban con las habilitaciones bromatológica y comercial correspondientes", relató Chandía.

Advirtió, no obstante, que en ocasiones "el error lo cometía el colegio porque recibía la mercadería y la dejaba a temperatura ambiente, por ejemplo debajo de los escritorios de la dirección, lo cual implica una mala práctica" al romperse la cadena de frío.

Por esta razón Calidad Alimentaria exigirá a las empresas de comida que capaciten a sus repartidores y al CPE que haga lo mismo con los porteros que reciben las viandas.

"Al no tener conocimiento de que determinados productos deben mantener la cadena de frío, como por ejemplo un sandwich con fiambre y mayonesa, detectamos que no le daban el frío necesario y con los calores el alimento rápidamente cambia sus caracteres organolépticos", dijo.

"Una de las medidas de este febrero será educar tanto a quien elabora como a quien consume", redundó el funcionario.

Las denuncias que en 2006 encendieron la duda sobre la calidad de los refuerzos alimentarios, fueron realizadas por docentes y alumnos del CPEM 44: sostenían que estaban "crudas y con gusto a lavandina". Fue el inicio de una seguidilla de reclamos, que se extendió a Centenario. El municipio capitalino intervino en forma inmediata y verificó que varias de las empresas prestadoras del CPE eran clandestinas.