"Diez cincuenta por uno", moduló José Vázquez a la base a la 1:30. El código significaba que salía con un sólo pasajero, de sexo masculino. Dijo que partía desde la esquina de Miguel Muñoz y Fernández Oro de Cipolletti y que iba rumbo a Allen. Fue su último contacto, según aseguró la operadora. Media hora después la mujer empezó a llamarlo, incluso al celular. Y nada. Ninguna comunicación más.
La madrugada desesperó a los familiares y también a sus compañeros taxistas, que salieron a buscarlo. La policía se sumó después, tras la denuncia, hasta que cerca de las 7 un "tachero" se topó con el horror. En un camino rural paralelo al canal secundario de riego, en Allen, estaba el Fiat Palio de Vázquez incinerado. Su cuerpo totalmente calcinado se hallaba en el interior.
El terrible hecho enardeció a los taxistas. Cipolletti quedó sitiada desde la mañana. Propietarios de taxis y choferes de distintas empresas iniciaron un paro de actividades y se instalaron primero frente al municipio y luego en los distintos accesos a la ciudad, exigiendo respuestas de las autoridades. Los de Allen se sumaron al cese de tareas y varios de ellos cortaron la ruta 65 a la altura del camino rural que permite ingresar al lugar del hecho. Los neuquinos, junto a otras organizaciones y cipoleños, fueron hasta las cabinas de peaje, en los puentes.
¿Un robo? Es el móvil que presumen los familiares. Se basan en que algunas pertenencias de la víctima fueron encontradas en las inmediaciones, como una lapicera y una factura que Vázquez llevaba en el auto. "Se ve que iban descartando lo que no les servía", dicen. Los elementos aparecieron entre los pastizales, a unos 100 metros del auto, rumbo a Allen. Esto orientó la pesquisa: se sabe hacia dónde huyó el autor.
"No tenía problemas con nadie, ninguna amenaza", aseguró Pedro Vázquez, hermano de la víctima y actual subdirector del Ministerio de Familia.
Pero la hipótesis del robo no es la única. Los investigadores tampoco descartan que él o los asesinos hayan buscado especialmente al taxista por algo en particular. ¿Ajuste de cuentas? No se sabe. "Todo se está investigando. No descartamos nada", afirmó el subjefe de Policía, Víctor Cufré.
Incluso, y pese a que la operadora de la base sólo escuchó que la víctima mencionó que salía con "un" pasajero, no dejan de lado la posibilidad de que más de una persona haya participado del aberrante crimen.
El auto que manejaba Vázquez (era chofer, no propietario) habría empezado a quemarse alrededor de las dos de la madrugada. Es decir, poco tiempo después de que la víctima saliera desde Cipolletti con su supuesto pasajero hacia Allen.
Cerca de las 7, un taxista cipoleño que se había sumado a la búsqueda -y tuvo que ser internado por el shock que le causó ver semejante episodio- descubrió el cadáver. Allí empezó el revuelo. En las primeras horas de la mañana tacheros de distintos lugares y empresas empezaron a concentrarse en el lugar del hecho.
El auto estaba a unos 500 metros de la calle de tierra que culmina en la ex despensa García por ruta 65 y que permite el acceso a la planta de gas por la 22 (el conocido como ingreso a Bridas). El camino era angosto y está paralelo al canal secundario de riego. No muy lejos de allí, hacia Allen, se encuentra la ex bodega Cunti.
El Palio blanco quedó detenido mirando hacia el este. En el interior, totalmente incinerado, se hallaba el cadáver del taxista. "Es sólo el esqueleto", se le escuchó decir a la fiscal Elsa Alasino.
El asiento del conductor, donde estaba Vázquez, quedó tirado hacia atrás, aparentemente vencido por efectos del calor. Todo el interior del auto se destruyó por las llamas.
Los peritos investigaban anoche si se utilizó algún combustible. Tampoco tenían en claro cómo murió Vázquez. Hubo comentarios que indicaban que habría sido decapitado antes de ser quemado. Se habló también de la posibilidad de un disparo. Pero ninguna presunción se confirmó. "Hasta que no tengamos el resultado de la autopsia no podemos asegurar nada", dijo la fiscal.
Es que no era sencillo tener detalles sin realizar pruebas más complejas puesto que parte del cuerpo sólo quedó reducido a cenizas. (AC y AR)