No jugó bien durante todo el torneo, pero encontró todas las soluciones juntas en el último minuto del torneo. Argentina venció anoche a Uruguay, por 1-0, y logró el doble objetivo que fue a buscar a Paraguay: clasificación para el Mundial de Canadá 2007 y a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

Cuando el boleto para Pekín parecía irremediablemente perdido, Lautaro Acosta se elevó hasta la gloria para imponerse en una escena dramática e histórica y capitalizar un corner de oro que lanzó Maximiliano Moralez desde la izquierda.
Así, de un modo injusto, el equipo conducido por Hugo Tocalli consiguió la doble meta. El plantel de la AFA ofreció menos fútbol del requerido en este Sudamericano, pero se sobrepuso a sus limitaciones y logró el derecho de defender los títulos obtenidos en Holanda 2005 y en Atenas 2004.

Por supuesto que para fortalecer la chance de llegar hasta lo más alto del podio, tanto en Canadá como en Pekín, habrá que devolverle a los distintos seleccionados la prioridad que se les viene quitando. Pero bueno, Argentina y Brasil serán los representantes sudamericanos en los Juegos y a estos seleccionados se agregarán los de Uruguay y Chile en el Mundial Sub 20.

El primer tiempo ante los celestes fue intrascendente porque los dos equipos ante todo resolvieron cuidarse para evitar malas noticias. Argentina era el que debía asumir los riesgos porque salió a la cancha con un punto menos que sus adversarios, pero Tocalli optó por ser prudente.

La cautela del conductor seguramente se basó en todos los problemas con que se llegó a este cotejo decisivo: un deficitario rendimiento colectivo, en especial en el aspecto ofensivo, y la ausencia por suspensión de tres defensores titulares, Gabriel Mercado, Federico Fazio y Gonzalo García. Además, Argentina contó con la presencia del estelar Ever Banega, pero el creativo mediocampista de Boca llegó con lo justo a este compromiso debido a un esguince de tobillo.

Si bien el juego se desarrolló bastante lejos de los arcos, Uruguay dispuso de dos oportunidades para convertir, una generada por una deficiente salida de Sergio Romero ante un centro aéreo y la otra solucionada por el arquero ante una intervención profunda del destacado artillero Edison Cavani.

El segundo período tuvo un comienzo parecido al anterior y de nuevo Romero tapó en gran reacción un remate de Cavani. De todos modos, en la medida que el paso de los minutos comprometía más y más la intervención de los argentinos en los Juegos el conjunto en la ocasión vestido de azul se decidió y se adelantó en el terreno.

Tocalli hizo entrar a Gonzalo Abán (por Pablo Mouche), Lautaro Acosta (Ismael Sosa) y Maximiliano Moralez (Alejandro Gómez) para refrescar el ataque y el mejor aporte de los tres lo realizó el jugador de Lanús.

Igualmente el equipo nacional le causó inquietudes a los uruguayos cuando el capitán Matías Cahais subió para tratar de conectar alguna acción originada con pelota parada. En definitiva, Argentina rindió mucho menos de lo necesario, pero puso el corazón, tuvo fortuna y logró sus objetivos. (DyN)