ANDRES OPPENHEIMER (*)
Especial para "Río Negro"
uando el ex presidente de Chile Ricardo Lagos me sugirió en una oportunidad que debería prestarle más atención a la India como un gran protagonista que asomaba en América Latina, pensé que estaba bromeando: casi no hay un país tan distante geográficamente de América Latina como ése. Pero después de varios días de entrevistar a altos funcionarios del gobierno indio en Nueva Delhi, me di cuenta de que el ex presidente chileno tenía razón.
Siguiendo los pasos de China, que aumentó extraordinariamente su presencia en América Latina en los últimos cinco años, la India está descubriendo la región como un importante socio comercial, un gran proveedor de materias primas y un alma gemela en el terreno político.
El comercio de la India con América Latina aumentó meteóricamente de los u$s1.000 millones de hace una década a u$s 5.300 millones el año pasado. Y a juzgar por lo que me dijo Kamal Nath, ministro de Comercio e Industria de la India, el intercambio se duplicará en los próximos dos años, para llegar a los u$s 12.000 millones.
La India firmó un acuerdo comercial con Chile el año pasado y espera efectuar convenios semejantes con el Mercosur y con países caribeños este año, según añadió el funcionario.
Además, las inversiones de la India en América Latina aumentarán de los u$s 3.000 millones actuales a más de u$s 5.000 millones este año, según me indicaron otros funcionarios de su gobierno.
A fines del año pasado, el Grupo Jindal, de la India, anunció una inversión de u$s 2.300 millones en el yacimiento de hierro El Mutun, de Bolivia. Y Tata Motors, en sociedad con Fiat, planea producir vehículos de bajo costo en la Argentina.
Sin hacer mucho ruido, la India también comienza a extender sus relaciones públicas y actividades políticas en la región, entre otras cosas como cofundadora del grupo India-Brasil-Sudáfrica para planificar iniciativas conjuntas en las Naciones Unidas. Después de la visita del primer ministro indio Manmohan Singh al Brasil y Cuba en setiembre del 2006, la India también financió en gran parte un estadio de cricket en Guyana, que costó u$s 25 millones y está ofreciendo 350 becas completas por año a estudiantes latinoamericanos.
No es de extrañar que 16 países de América Latina y el Caribe hayan instalado embajadas en la capital india. Según diplomáticos latinoamericanos, ya hay más cancillerías de la región en Nueva Delhi que en Rusia.
"La India está en una trayectoria de crecimiento y América Latina es muy importante para nosotros", me dijo Nath, indicando que el país probablemente crezca el 10% anualmente en los próximos años.
Aunque el comercio de la India con América Latina es muy inferior al que China mantiene con la región, los funcionarios de la India se esfuerzan por acortar la diferencia, tal como lo pude comprobar cuando conocí a R. Viswanathan, el director de asuntos latinoamericanos de la Cancillería india.
En contraste con la mayoría de los diplomáticos de carrera de la India, que tienden a ser oscuros burócratas, Viswanathan es un promotor de América Latina de muy alto perfil. Su tarjeta de trabajo dice: "Apasionado por América Latina". Y tiene tres blogs personales y un sitio en internet (www.businesswithlatinamerica.com) dedicados a la región.
En su oficina, me mostró lo que según él es una de las mayores colecciones de literatura y películas latinoamericanas que hay en la India, obras que fue juntando cuando era funcionario diplomático en Brasil y Venezuela.
"Me encanta este trabajo", me dijo. Cuando le pregunté si todos los altos funcionarios de la Cancillería india pueden tener blogs personales, Viswanathan admitió con una sonrisa que se trataba de algo en cierto modo inusual. Otros diplomáticos me dijeron que si Viswanathan se ocupara de asuntos paquistaníes o de otros temas cruciales para la política exterior india, recibiría el visto bueno de sus superiores cada vez que abra la boca.
Como la mayor parte de los funcionarios y académicos que conocí en India, Viswanathan sostuvo que el país tiene "mayor afinidad" con América Latina que China. La India es una democracia con un política exterior sumamente independiente y comparte ciertos objetivos con todos los países del sur, incluyendo la ampliación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para incluir a países latinoamericanos y asiáticos.
La India también es considerada una potencia menos amenazante que China, me señaló Viswanathan. En América Latina, es principalmente conocida por su tradición budista, por los movimientos espirituales que son cada vez más populares en la región y por su floreciente tecnología informática y sus compañías farmacéuticas, afirmó.
"Mientras China me recuerda a la España del siglo XVI, que estaba interesada sólo en extraer los recursos naturales latinoamericanos, la India nunca será un país imperialista", coincidió Abdul Nafei, director del programa de estudios latinoamericanos de la Universidad Jawhardal Nehru.
Mi opinión: prepárense para escuchar más sobre la India en América Latina. Además de ser una democracia de 1.100 millones de habitantes (que en dos décadas superará en población a China) y una economía floreciente, la India ofrece un modelo económico alternativo basado en la exportación de servicios, en lugar de manufacturas que algunos en la región encontrarán más atractivo que el de China. El ex presidente chileno Ricardo Lagos sabía lo que me estaba diciendo.
(*) Periodista argentino. Analista internacional. Miami.