NEUQUEN (AN).- Un hombre estuvo demorado por unas horas en relación con el asesinato de José Garea, y en su casa encontraron sábanas manchadas con sangre. Pero por falta de pruebas en su contra, recuperó luego la libertad.

Esa fue una de las pocas novedades en la investigación del crimen de Garea (75), quien fue hallado muerto en su vivienda de Cerro Catedral al 1.600, en el barrio Confluencia. Como se informó ayer, el hombre fue maniatado a la espalda con un cinturón y en la boca le metieron una bufanda sobre la cual le aplicaron otra prenda como mordaza. Según la autopsia, murió asfixiado.

A los investigadores les llamó la atención la postura del cuerpo: arrodillado, con el torso sobre la cama y los pantalones bajos. Según el forense, no sufrió un abuso sexual.

Otro detalle llamativo es que la casa y la cama estaban en perfecto orden. "El autor fue un conocido al que Garea le abrió la puerta", indicó una fuente.

¿Fue alguien que intentó robarle? Parecería que no, porque no faltaba ninguno de los escasos elementos de valor de la víctima.

En cuanto al demorado, trascendió que es un hombre que vive en el mismo barrio aunque no se supo por qué se lo detuvo.

Las sábanas con sangre serán peritadas por especialistas.