El ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, fue proclamado ayer oficialmente candidato de los conservadores en el gobierno para suceder a Jacques Chirac en la presidencia.
El 98,10 por ciento de los afiliados a la Unión por un Movimiento Popular (UMP) votó a favor de la postulación de Sarkozy, también presidente de la agrupación y único candidato en este congreso extraordinario en París. 229.000 de los 337.000 afiliados al UMP, el 68,06 por ciento, participó en la elección.
Casi 80.000 afiliados viajaron desde distintos puntos de Francia a la capital para asistir al congreso del UMP para dar su apoyo a Sarkozy y celebrar el salto generacional dentro del partido. "Juntos todo es posible", dice el lema de campaña para este año.
Mientras el presidente Chirac todavía no decide si competirá por un tercer mandato, los conservadores se encolumnaron ayer detrás de su popular y polémico ministro, que enfrentará a la carismática socialista Ségolène Royal en las elecciones de abril.
El congreso extraordinario se realizó en la misma sala de la Expo de París donde Chirac fundó el partido neogaullista RPR en 1976. El mandatario, de 74 años, no envió ni siquiera un saludo para su ministro en esta especial ocasión.
Sarkozy dio un primer discurso personal y combativo como candidato, pidiendo al presidente Chirac, su mentor político, que apoye su postulación. Elogió la oposición del presidente a la guerra de Estados Unidos en Irak y afirmó sentir un gran respeto por el mandatario.
Chirac aseguró "el honor de Francia", dijo Sarkozy, a veces criticado como demasiado proestadounidense, y se prometió ser un presidente que "nunca cede cuando se trata de su independencia y su valores".
Estados Unidos y Francia deben estar "juntos como pueblos libres", indicó. También insistió en su rechazo a la entrada de Turquía en la Unión Europea, que en su opinión corre un grave peligro si continúa ampliándose indefinidamente. "Somos una gran familia unida, somos la apertura, la mano extendida", dijo Sarkozy, de 51 años, en su llamado a la unidad del partido.
Todos deben ser recibidos "triunfalmente", dijo en referencia al primer ministro Dominique de Villepin, a quien sus partidarios pretendían recibir con una silbatina cuando hiciera su aparición en el congreso. Villepin se negó a votar por Sarkozy escudándose en la indecisión de Chirac. Finalmente, la advertencia de Sarkozy surtió efecto y el premier fue saludado con corrección.
El ministro del Interior continúa sin embargo sumando apoyo pese a la indiferencia Villepin y Chirac. El ex primer ministro Alain Juppé, histórico aliado de Chirac, le expresó su público respaldo, al igual que la ministra de Defensa, Michéle Alliot-Marie, tras renunciar el viernes a una candidatura independiente. (DPA)