Domingo 31 de Diciembre de 2006 Edicion impresa pag. 55 > Deportes
Las esquirlas del lanzamiento de Nocioni
El cuarto puesto de Argentina en el Mundial marcó el cierre de un ciclo. La dirigencia deberá trabajar desde la Liga, para que haya recambio. El público volvió a los estadios, pero hay que ajustar varios detalles.

Aquella pelota que dio en el aro luego de salir impulsada de las manos de Andrés Nocioni y que significó el pase de España a la final del Mundial de Japón, marcó un quiebre en la historia reciente del básquetbol, porque quizá signifique el techo para el seleccionado que más halagos le dio al deporte argentino en los últimos años.

Y este significativo hecho tiene su repercusión en la competición doméstica porque la Liga Nacional, que fue el embrión de los integrantes de ese gran equipo, tiene ahora la tarea de formar a los hombres que deberán tomar la posta que, tarde o temprano, dejarán los Emanuel Ginóbili, Juan Ignacio Sánchez o Fabricio Oberto.

Claro que las condiciones del país o de la liga no son las mismas que aquellas bajo las cuales surgieron Ginóbili, Sánchez, Oberto y compañía, y ahí, entonces, está el trabajo de la dirigencia.

Una dirigencia que en algunos casos no supo aprovechar la época de bonanza y que continúa cometiendo errores que perjudican el desarrollo del deporte. Sin lugar a dudas el hecho más trascendental para el básquetbol argentino en este 2006 tuvo sus dos caras, una dentro de la cancha y la restante fuera de ella.

A la hora de jugar, el equipo ratificó sus pergaminos, a pesar de que no se haya podido repetir la final como en Indianápolis 2002 y que Ginóbili, su principal figura, no tuviera un buen torneo.

El lado oscuro de ese proceso estuvo, en lo que algunos enviados especiales a Japón habían insinuado, en las supuestas diferencias que existían entre algunos jugadores y el DT Sergio Hernández, y entre este y varios de sus colaboradores. La historia concluyó con varios de los basquetbolistas aclarando que ellos no pretendían el alejamiento del técnico y las renuncias de Enrique Tolcachier y Alejandro Cassetai.

A pesar de que el lado oscuro de la historia no superó el éxito conseguido por la "Generación Dorada", marcó un alerta con vistas a un 2007 en el cual la selección buscará en Las Vegas la clasificación directa a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Este grupo siempre dejó en claro que el objetivo está por encima de los hombres y las diferencias, pero también está visto que para conseguir algo siempre se debe llegar en óptimas condiciones.

Mientras la selección continuó haciendo historia, de fronteras hacia adentro el básquet luchó por su subsistencia en una época complicada, algo que no exime muchas decisiones equivocadas por parte de los dirigentes, las cuales tuvieron como corolario el adiós a la competencia de un histórico como Ferro, un múltiple campeón como Estudiantes de Olavarría, y River, o el descenso al TNA de Argentino de Junín, el equipo con mayor presupuesto en la 2005/06.

Esta situación contrastó con lo hecho por Gimnasia de Comodoro Rivadavia que, con un plantel sin grandes figuras y a pesar de un comienzo de liga errático, se convirtió en la sensación de la temporada y finalmente se quedó con el título.

Por el lado del haber también deberá anotarse el sostenido crecimiento en la presencia del público en los estadios, y la ratificación de plazas como Corrientes y Mar del Plata, y a las que a partir de la 2006/07 se les suma Santiago del Estero, como las más convocantes de la Liga.

Pero claro está no todo puede ser ideal. La crisis económica y la incapacidad para generar recursos impiden en muchos casos que los clubes mantengan a sus figuras y conformen planteles de nivel para jerarquizar la competición.

La cantidad de cambios en los planteles con relación a la temporada anterior (¿Ben Hur será el mejor ejemplo?) provocó que ya antes del inicio de esta temporada quedara establecido cuáles eran los equipos (Peñarol, Quilmes, Boca, Regatas, Gimnasia) que arrancaban como candidatos. Esto, sin lugar a dudas no es bueno, pero lamentablemente, es cierto y habrá que corregirlo.

El trabajo, como no puede ser de otra manera, le corresponde a aquellos que manejan los destinos del básquetbol en sus distintos niveles. La liga argentino se encuentra ante un desafío múltiple: tener una competencia de calidad y volver a ser la cantera de jugadores de nivel, los cuales en algún momento tendrán que tomar la posta que dejarán Manu, Pepe y Cía. (DyN)

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