Domingo 31 de Diciembre de 2006 Edicion impresa pag. 48 y 49 > Cultura y Espectaculos
El rock nacional entre clausuras y homenajes

El rock argentino vivió esta temporada una seguidilla de homenajes por sus 40 años de vida y una explosión mediática que, sin embargo, estuvo concentrada en pocas manos y que al calor de la era pos-Cromañón ha ido achicando la escena independiente que supo nutrir al género.

En un 2006 donde el rock local tuvo un cumpleaños con festejos que fueron de lo oficial (con el disco "Escúchame entre el ruido" generado por Cultura de la Nación) hasta exitosas visitas privadas a su historia a cargo de Fabiana Cantilo, Miguel Mateos y Miguel Cantilo, entre otros, vio decrecer su joven semillero.

El suceso es motorizado desde una emisora como La Mega (que nació a partir de un estudio de mercado) y de otras empresas en las que figura el nombre de Daniel Hadad (en la productora Pop-Art que se encarga de los principales festivales, tiene siete sellos y regentea el estadio Obras y en el sitio 10musica.com).

Así, el negocio del género, encontró su demorada presencia mediática a apenas dos años del desastre en la disco Cromañón que le costó la vida a 194 personas, y en el mismo instante que Callejeros, que fue el anfitrión de aquel recital, volvió a los escenarios con shows en Córdoba y La Rioja. Esta suma de hechos que parecen de diferente signo, se produjeron en paralelo con la notoria reducción del circuito de espacios para tocar donde las bandas independientes, transitando por las márgenes de una industria pocas veces aceptada y profesionalizada, han sabido oxigenar y renovar la escena del género.

Los músicos autogestionados padecen este problema que afecta directamente su fuente de trabajo: el programado y sistemático cierre de locales para ejecutar música en vivo. Se trata de la aplicación de una medida que nació a partir de un decreto firmado por el destituido jefe comunal Aníbal Ibarra para regular el sector y que en la gestión del actual mandatario Jorge Telerman significó 425 clausuras en 359 boliches durante 2006.

Las clausuras y las multas que los inspectores porteños aplican por montos que oscilan entre los 3.000 y 6.000 pesos por detectar fallas como no poseer máquina de monedas para preservativos en el baño y tener el calefón apagado, tal fue el caso del Club Atlético Fernández Fierro, grafica un complejo panorama para la expresión.

Esta situación, que también afecta a los dueños de los locales, llevó a que la Unión de Músicos Independientes (UMI), entidad que nuclea a más de 1600 bandas locales, convocara a dos concentraciones frente del gobierno porteño para apoyar las acciones legales que la entidad encara contra el Ejecutivo local.

Esta acción judicial se basa en un reclamo de la entidad por "el desarrollo de la difusión de la música nacional en todas sus expresiones (grabada y en vivo)" y demanda al gobierno porteño "por el cierre indiscriminado de espacios donde se desarrolla música en vivo".

ROMINA GROSSO

Télam

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