Hay una dirección permanente en la política rionegrina: el oficialismo actúa en cada campo donde se construyen estrategias y aliados electorales.El Frente para la Victoria todavía tiene problemas en exponerse cohesionado y en única dirección. Todo se reduce a la estrecha relación lograda entre Miguel Pichetto y Julio Arriaga. Hacia abajo, la desazón.
Dos sucesos de Bariloche reactualizan estas conclusiones: el aval legislativo para que el gobernador Saiz traspase el cerro Catedral y la decisión de la Convención de que las elecciones locales no coincidan con las provinciales.
Los preparativos de la sesión por el cerro originaron mucha incomodidad interna, pero el oficialismo se aglutinó en pos del supremo fin político-electoral.
El capítulo reservado expone datos para considerar: Saiz se resistía a su tratamiento legislativo porque se reinstalaba una problemática en la que el gobierno acumula motivos para quedar mal parado. Esa opinión fue llevada al bloque y derivó en una inusual discusión, ya que su presidente, Bautista Mendioroz, insistió en el tratamiento para cumplir con el compromiso de aprobar esa cesión en el 2006.
Su inclusión legislativa recién se resolvió el martes en una reunión entre Saiz, Mendioroz y Daniel Sartor.
Mendioroz convenció al gobernador y se acordó sumar una comisión mixta para mantener el proceso gradual de cesión. Sería otro gesto en línea al traspaso, pero sus plazos reales aún están por verse. El objetivo lleva casi dos años, considerando el primer proyecto elevado por Saiz. Es cierto que en ese período ocurrió un hecho que modificó el entusiasmo gubernamental: la ruptura de la sociedad política con el intendente Alberto Icare.
Desde entonces, la transferencia se cimenta en el análisis de las promesas y los costos electorales.
Algunos interrogantes más profundos: ¿cómo garantizar que el cerro mantenga el objetivo turístico planteado? La creación de la comisión tendría el propósito de velar y supervisar qué se hace con las 1.920 hectáreas del predio, dicen desde la provincia. Esta preocupación se potencia con versiones de proyectos inmobiliarios particulares.
Queda otro complicado tramo: el pasivo generado por el cerro Catedral. Saiz pretendía que esas obligaciones también fueran transferidas al municipio. Al final, el gobernador aceptó forzadamente que la cesión se concretara sin las deudas. Una condición que anunció Mendioroz en la sesión.
"Esa exclusión no está contemplada en el texto", adelantó un hombre de Saiz. Tiene razón. La gratuidad así expresada hacía innecesaria cualquier mención de los pasivos, se cubren quienes lo redactaron. Muestras de que persiste la discusión, aunque ya será difícil que se revea aquel compromiso público de un traspaso totalmente gratuito.
¿Qué significan los pasivos del cerro? El monto superaría los 20 millones de pesos por juicios pendientes. Una demanda cercana a los 10 millones de la ex concesionaria, Vicente Robles, y un reclamo de Héctor Ber
gada Mujica por la expropiación para la ruta al cerro, cuyo juicio favorable recientemente habría sido confirmado por la Corte Suprema por 13 millones.
Ejemplos que no tranquilizan: el municipio de Bariloche no pudo demostrar eficiencia en el manejo de la isla Huemul y de Puerto San Carlos. Ambos siguen abandonados.
Preocupa además el desprendimiento provincial del cerro solamente alentado en las ecuaciones de costos y beneficios políticos más allá de la definición de una coherente línea de acción turística. Una meta difícil de encontrar si se repasa el presupuesto de Turismo para 2007, tan menguado como siempre pero que ahora ni mantendría la disponibilidad de 2006. Lo aprobado fue algo más de 6 millones, pero sufriría una fuerte merma con la pérdida de los recursos del cerro Catedral (unos 2 millones de pesos).
La ingeniería oficial para el Catedral sorprendió en la sesión al Frente y se advirtió en la votación dividida entre esos socios: Encuentro acompañó, con reservas, al proyecto radical, pero el justicialismo lo rechazó.
No es un suceso aislado. Las marchas y contramarchas se multiplican en el Frente, desnudando que tampoco en la mayor fuerza opositora se anidan mínimos lineamientos programáticos comunes.
Sólo eso explica que Pichetto milite contra el contrato del Banco Patagonia SA cuando sus legisladores apoyaron el proceso y su renovación.
También que su bancada sea coautora de la reforma del Ministerio Público pero que el senador esta semana expusiera su rechazo, solicitando públicamente a sus diputados que revisen ese respaldo legislativo. La rectificación se cumplió en la última sesión.
Otra. Pichetto cuestionó el proyecto de Seguridad elevado por el gobierno de Saiz pero, a los pocos días, el parlamentario se molestó con sus diputados y los de Encuentro porque, aun con observaciones, aceptaron esa iniciativa en la comisión legislativa.
Faltan coincidencias o coordinación en objetivos centrales. Arriaga y Pichetto hablaron mucho de esta problemática en la gira provincial que compartieron esta semana. Acordaron con razón alentar un diálogo más fluido entre los mayores actores en el Frente. Es el principio, pues después habrá que consolidarlo con análisis temáticos.
La decisión de la Convención de Bariloche de que esa ciudad no podrá votar el mismo día de la elección provincial empañó la buena noticia política que. para el Frente. significó la reasunción de Icare y la confirmación de que buscará la reelección. La separación comicial es un traspié en el diseño frentista, que confía en el arrastre de Icare en favor de la fórmula Pichetto-Arriaga.
El oficialismo provincial actuó en la decisión de la Convención. Otra muestra de que no deja nada al azar cuando de perspectiva electoral se trata.
Todo se cerró en Viedma. Oportunas llamadas desde Casa de Gobierno al diputado Osvaldo Muena fueron suficientes para sumar al radicalismo el voto de Rodolfo Rodrigo. Con vía directa, lo propio ocurrió con Carlos Bravo, un aliado hasta entonces a los convencionales frentistas.
Icare y el Frente evalúan la respuesta: la fecha electoral de Bariloche sería inmediatamente después del día elegido por Saiz, usando la campaña municipal en beneficio pleno de la fórmula provincial.
Pero Saiz nada avanzó en sus plazos. El tiempo ubica a la elección en mayo o junio, considerando que el llamado requiere un mínimo de 90 días y que el gobernador se ausentará de Río Negro hasta el lunes 15. A su vuelta prevé una reunión con el presidente Kirchner para cerrar la convocatoria.
Por esos días, Pichetto y Arriaga proyectan reunirse también con el presidente para formalizar la fórmula.
Se imponen, por ahora, días de descanso. Volverán después las estrategias y las candidaturas. En ese regreso bien podrían aflorar pensamientos y proyectos. Sería todo un aliciente para el 2007.
ADRIAN PECOLLO
pecollowa@yahoo.com.ar