NEUQUEN (AN).- La municipalidad encaró un mega operativo de control en los boliches para evitar una tragedia como la ocurrida hace dos años en Cromañón. Al mismo tiempo, los inspectores arrasaron y decomisaron 15.000 kilos de pirotecnia en 20 días y hace sólo dos intervinieron 2.000 kilos de carne traficada clandestinamente.
Las estrictas medidas de seguridad en estas fiestas fueron dispuestas por el intendente Horacio Quiroga.
Medio centenar de inspectores recorre la ciudad día y noche, actúa ante denuncias y realiza procedimientos en la vía pública y en los comercios.
Fue en una de estas recorridas que un grupo de sabuesos avistó el viernes la descarga de carne en una carnicería del oeste. La mercadería era transportada en un camión sin equipo de frío y sin habilitación.
El responsable no pudo demostrar el origen de 2.000 kilos de carne -entre lechones y tiras de asado- ni explicar el motivo del corte de la cadena de frío, por lo que la mercadería fue intervenida y depositada en la cámara municipal ubicada en Islas Malvinas 1.850.
El juez de Faltas debe ahora resolver entre devolver la mercadería al dueño -cuestión improbable por las características de la intervención-, incinerarla o donarla a alguna entidad de beneficencia.
El director de Comercio, Industria y Calidad Alimentaria, Alberto Chandía, diseñó los operativos y, según dijo, su celular permanece abierto las 24 horas para atender las novedades de los inspectores.
Un equipo especial que trabaja de jueves a domingo vigila que los boliches, disco, pub y las fiestas electrónicas cumplan las medidas de seguridad en un fin de semana que suponen, tendrá una mayor concentración de personas a la habitual.
Chandía admitió que sigue fresca en la memoria la muerte de 194 jóvenes en el incendio ocurrido hace dos años durante un recital en Cromañón, un boliche de la zona de Once de Buenos Aires, por no tener las medidas de seguridad apropiadas.
El funcionario comentó en las fiestas aumenta superlativamente el tráfico de carne vacuna, ovina y de chivos.
Simultáneamente, otro grupo de inspectores controla la venta de cohetes, bombas de estruendo, rompe portones, estrellas fugaces y otros elementos pirotécnicos en los negocios.
En tres semanas el municipio decomisó la cifra récord de 15.000 kilos de pirotecnia -el año pasado fueron 12.000- en depósitos clandestinos.
Chandía alertó que en los barrios predomina la comercialización de pirotecnia ilegal (la fabricada sin control del organismo oficial Renar) y que gran parte fue intervenida "de a puchitos" en mesas que sacan los vecinos a la calle.
Sólo entre el 23 y el 26 pasados, dijo que fueron intervenidas 80 kilos de este tipo de mercadería "proveniente de fábricas clandestinas del conurbano".