MOSCU (AFP) - Las negociaciones entre Rusia y Bielorrusia sobre las tarifas del gas se encontraban estancadas ayer, al acercarse el plazo límite impuesto por Moscú para cortar el gas a Minsk, lo que podría afectar al suministro a Europa Occidental.
"Las negociaciones no progresaron", reconoció al canal de televisión Vesti el portavoz de Gazprom, Serguei Kuprianov. El ministro bielorruso de Energía, Andrei Jukov, indicó que Dimitri Kazakov, director general de Beltransgaz, la empresa pública que administra la red de los gasoductos bielorrusos, prosigue con las conversaciones en Moscú.
Bielorrusia debe renovar antes de cuatro días su contrato de gas con Gazprom y, si no hay acuerdo, la compañía rusa advirtió que le cortará el suministro el 1 de enero. En caso de que Rusia interrumpa el suministro de gas a Bielorrusia, Minsk amenazó con cortar el tránsito del gas que pasa por su territorio hacia los países de Europa occidental.
Si Gazprom "no adopta una actitud constructiva durante las negociaciones, no habrá, naturalmente, un contrato sobre el tránsito a partir del 1 de enero" de 2007, declaró anoche el primer ministro bielorruso, Serguei Sidorski, a la televisión bielorrusa. "No podemos dejar pasar el gas por Bielorrusia en ausencia de un contrato", añadió. Por su parte, el vicepresidente de Gazprom, Alexandre Medvedev, acusó a Bielorrusia de "chantaje grotesco" y no excluyó "racionamientos" y "penurias" para Europa si la situación no evoluciona, en una entrevista al diario francés Le Figaro .
En este sentido, el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, pidió a Rusia y Bielorrusia que encuentren "lo más rápido posible un acuerdo que no ponga en peligro el tránsito de gas hacia la UE". El tono en las relaciones entre Minsk y Moscú no ha cesado de subir desde el fracaso de las negociaciones del martes sobre un alza del precio del gas, que debe pasar de 46 a 200 dólares por cada 1.000 m3.
Pero Gazprom, que no oculta sus ambiciones concernientes a Beltransgaz, propuso rebajar el precio a 105 dólares por 1.000 m3, amortizando el total con la adquisición del 50% del grupo bielorruso. Polonia y Alemania serían los dos países más afectados por una "guerra del gas" entre Rusia y Bielorrusia.