Nairobi (dpa) - Más de 850 personas murieron hoy por la explosión en la metrópolis nigeriana de Lagos de un conducto de petróleo, obra de ladrones que perforaron reiteradamente un ducto para vender el combustible en el mercado negro, según indicaron testigos. "La cifra (de muertos) todavía puede aumentar, muchas víctimas se quemaron de forma tal que son irreconocibles", dijo Ige Oladimeji de la Cruz Roja nigeriana.

La mayoría de las víctimas mortales eran habitantes de un suburbio de Lagos densamente poblado, que cuando se produjo la explosión y el consecuente fuego esta mañana, todavía dormían en sus camas. En el lugar del siniestro se veían escenas espantosas. Mientras que los bomberos trataban desesperadamente de controlar el fuego, los rescatistas hallaban cadáveres carbonizados. Decenas de miles de personas que corrieron al sitio gritaban de espanto.

Testigos reportaron que dos bandas de ladrones desataron la explosión, al perforar una y otra vez el mismo conducto para extraer combustible altamente inflamable y comercializarlo en el mercado negro. Luego se habrían sumado muchos habitantes que acudieron al sitio para aprovechar el combustible, con el que llenaron recipientes. Cuando se desató el fuego, se produjo una gran explosión. Unas 60 personas fueron rescatadas con vida y trasladadas a hospitales.

La mayoría de las víctimas mortales eran habitantes de un suburbio de Lagos densamente poblado, que esta mañana todavía estaban acostados en la cama cuando se produjo la explosión -desatada esta mañana por ladrones de combustible- y el fuego. Testigos dijeron que antes de la explosión, dos bandas de ladrones perforaron una y otra vez el mismo conducto para extraer petróleo, altamente inflamable. El primer grupo se habría llevado 150.000 litros del combustible en un gran tanque plástico. Luego se habrían sumado muchos habitantes que acudieron al sitio para aprovechar el combustible, con el que llenaron bidones. Cuando se desató el fuego, se produjo una gran explosión. Fuentes policiales dijeron que también se incendiaron 60 casas y 52 automóviles.

Según señaló el vocero de la Cruz Roja, hay más víctimas cuyos cadáveres aún no han sido rescatados. Por la tarde, los bomberos continuaban tratando de controlar el fuego. Las nubes de humo se veían a gran distancia. "Hay cadáveres quemados en el suelo y cada vez viene más gente que busca a sus parientes", dijo Oladimeji. "Acá reina un gran caos". En este país del oeste africano se producen con frecuencia este tipo de accidentes porque el petróleo es un producto muy requerido en los mercados negros de Nigeria.

En mayo pasado, en un pueblo de pescadores cerca de Lagos murieron casi 200 personas en un incidente similar. En esa ocasión y por la onda expansiva de la explosión, los cadáveres se vieron propulsados contra los pantanos de manglares. Entonces, el presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo, había reclamado más seguridad para los ductos que en parte se distribuyen sobre la superficie terrestre. En años anteriores, accidentes similares dejaron más de 1.000 muertos. Los siniestros destacan cuán desesperada es la situación de la gente que se expone a riesgos enormes para obtener dinero en el mercado negro con la venta del combustible extraido de ductos perforados. Nigeria es el mayor productor de petróleo de Africa y un importante proveedor de Estados Unidos.

Pese a los ingresos que el Estado tiene por las exportaciones de petróleo, muchos habitantes viven en una pobreza extrema. Sobre todo en el delta del Níger, la principal sede de la industria petrolífera, no hay electricidad ni agua potable en la mayoría de los pueblos. El movimiento militante para la liberación del delta del Níger combate hace meses contra la presencia de consorcios petroleros extranjeros, mediante el secuestro de empleados así como atentados contra las instalaciones de petróleo.