A Rodrigo Dalziel no lo apura el cronómetro que hace tic tac sobre la cabeza del resto de los mortales. Por ejemplo, contestar esta entrevista le tomó un año y monedas. Pero, todo bien. Finalmente un día llegaron las respuestas del hombre.

Dalziel es reconocido como un artista íntegro, un alma sensible que cada cierto tiempo tiene la delicadeza de sorprendernos con sus proyectos. Su trayectoria es extensa y rica. Su personalidad suave como la de un monje zen.

Lo recuerdo al mando de esa obra tan entretenida y bien desarrollada como fue "El mandarían de Maquinchao", donde Rodrigo asoció sobre el escenario al coro Melipal, transfigurados en eficientes actores para la oportunidad, con el cuarteto Petit Ensemble dirigido por Kyoko Kurokawa. El resultado fue una pintura costumbrista, llena de sonidos y expresividades de las mas variadas.

Hace unos días, Dalziel fue reconocido con el Diploma de Honor que entrega el Senado de la Nación en virtud de su trabajo como director coral. A esta distinción se le sumó la medalla que, como "Premio a la trayectoria Honorable", le confirió OFADAC (Organización Federada Argentina de Actividades Corales).

La biografía de Rodrigo Dalziel dice: llegó a Bariloche a fines de 1966 y, al poco tiempo, organizaba junto a la Sra. L. Iermann las primeras "Navidades Corales de Bariloche".

Con el Coral Melipal, al frente del cual está desde 1984, compartió el escenario con "Opus Cuatro" en reiteradas oportunidades. En tres ocasiones, junto al maestro Ariel Ramírez, ejecutó con sus músicos la "Misa Criolla".

En la isla de Chiloé dirigió al "Coral Melipal" en su actuación con el Coro de Niños Huilliches, dirigido por el ya desaparecido maestro Gabriel Coddou. En la actualidad, además de estar al frente del "Coral Melipal", tiene a su cargo la dirección del Coro de Villa La Angostura.