El italiano Piergiorgio Welby, que padecía una enfermedad incurable y que peleaba por ser ayudado a morir, falleció en la noche del miércoles después de que un médico desconectara el respirador del que dependía para vivir, informaron los medios. Welby, de 60 años, sufría desde hace más de 40 años de una atrofia muscular degenerativa y desde hacía diez estaba conectado al aparato. En los últimos años, ya no se movía y sólo se comunicaba con los ojos. Se describía como un "prisionero de su cuerpo".
El caso se había convertido en un tema de gran debate en la católica Italia. "Welby finalmente ha sido liberado de su tortura y ha obtenido aquello por lo que luchó (...) Falleció anoche (por el miércoles)", declaró Marco Pannella, cuyo Partido Radical había estado apoyándolo en su campaña. La semana pasada una corte de Roma había rechazado el pedido de Welby de ser sedado para no sufrir una vez que fuera desconectado el respirador. La corte pidió al Parlamento que se ocupe del tema para cerrar los huecos legales. La eutanasia es ilegal en Italia, pero por otra parte la Constitución del país garantiza a los pacientes el derecho a negarse a recibir tratamiento forzado, por lo que no están claras las medidas que se podrán tomar contra el médico que apagó el respirador, Mario Riccio.